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DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

¿Cómo compaginan deporte y vida familiar las deportistas españolas?

La atleta Nuria Fernández, y Diana Martín, la judoca Marta Arce y la seleccionadora de gimnasia Sara Bayón contaron sus experiencias en el Día de la Mujer.

Actualizado a
¿Cómo compaginan deporte y vida familiar las deportistas españolas?
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Las mujeres deportistas del #TeamESP se han convertido en un referente para la sociedad no sólo por los triunfos que han ido cosechando en los últimos años sino también por su espíritu de superación, de lucha, talento y por su capacidad para compaginar con éxito el deporte con el trabajo y con su vida personal. La presencia de las mujeres en el deporte es cada vez mayor, como también lo son los podios que han conquistado. Ejemplo de ello es que 9 medallas de las 17 logradas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro llevaban el sello femenino. Por segunda vez consecutiva, las mujeres volvían a conseguir más medallas que los hombres en la cita deportiva más importante. En los Juegos Paralímpicos, 15 medallas colgaron del cuello de mujeres deportistas.

Hoy en día Ruth Beitia, Carolina Marín, Maialen Chourraut, Teresa Perales, Nuria Marqués o Mireia Belmonte se han convertido en “los referentes femeninos que necesita esta sociedad para romper las barreras que algunas mujeres siguen teniendo en torno a la práctica deportiva y para demostrar que siempre podemos dar la mejor versión de nosotras mismas”, afirma la atleta Nuria Fernández, Campeona de Europa en 2010, atleta española del año esa misma temporada y Campeona de España absoluta en doce ocasiones.

Ella ha sido una de las primeras deportistas en eliminar las barreras sociales al demostrar que es posible conciliar, con 40 años, el atletismo de élite con la familia numerosa. La hazaña no se queda en eso porque desde que tuvo a su primera hija consiguió firmar sus mejores resultados y colgarse su primera medalla internacional. “Natalia Rodríguez y yo hemos abierto un camino a las deportistas. Me escriben y me dicen que gracias a nuestro ejemplo se están animando a ser madres porque el deporte no se acaba ahí”.

La receta para conseguirlo, señala, “suma mucha ilusión, la ayuda de mi familia y disfrutar de lo que hago”. Recién llegada del Europeo de Belgrado, en donde ha conseguido batir el récord del mundo de veteranos en los 3.000 metros, sigue desafiando sus límites: “Quiero ver hasta dónde puede llegar el cuerpo de una mujer de mi edad, quiero seguir compitiendo en la élite, pero ahora lo hago sin obsesionarme. He aprendido a escuchar lo que mi cuerpo me dice”.

La judoca Marta Arce, tres veces medallista paralímpica, ve en Nuria un ejemplo a seguir. Desde que escuchó su historia se autoconvenció de que ella también puede volver a la élite siendo madre de tres hijos y trabajando como fisioterapeuta en una residencia. Después de cuatro años apartada de los tatamis ha vuelto a entrenar con la mente puesta en varios objetivos: “Tuve a mi primer hijo antes de los Juegos de Londres 2012 y fue un periodo muy bonito, porque gracias al Plan ADOP pude pedir una excedencia y centrarme en el judo por completo. Ahora no puedo hacer lo mismo porque llevo varios años retirada de la élite, pero tengo la voluntad de intentar llegar a los Juegos de Tokio 2020. Lo consiga o no, habré aprendido muchas cosas por el camino, como compaginar el trabajo, los entrenamientos y la familia”.

Su experiencia le ha demostrado que volver a competir después de ser madre tiene sus dificultades: “Físicamente, el suelo pélvico se daña y hay que concienciar de los cuidados que debemos tener para que la vuelta sea más fácil. Psicológicamente, al principio tenía cierto sentimiento de culpa por estarme perdiendo momentos con mi hijo, pero merece la pena porque nos hacemos más fuertes y nos convertimos en un ejemplo también para ellos”, señala. Sobre la conciliación, cree que todavía queda un largo camino por recorrer: “Siempre pongo el mismo ejemplo. Te levantas para ir a trabajar y antes de salir detectas que tu pequeño tiene 38ºC de fiebre. Lo primero que piensas es en qué vas hacer. Esa crisis de ansiedad durante veinte minutos no es conciliación”.

Para la atleta Diana Martín tener un hijo es el mayor reto que ha afrontado en su vida. Tras volver de los Juegos Olímpicos de Río, donde fue la única representante española en la prueba de los 3.000 metros obstáculos, se quedó embarazada y empezó a realizar prácticas como economista en una empresa. El embarazo ha hecho que deje temporalmente el deporte, pero ya piensa en cómo va a volver: “Voy a intentar hacer ruta, los 10.000 metros o la maratón, porque la lesión que tuve un mes antes de los JJ.OO. no me permite seguir entrenando para mi prueba. Tengo tantas ganas de ser madre, volver a la élite y trabajar en algo que me gusta que creo que será duro, que tendré que sacrificar muchas cosas, pero tengo la seguridad de que podré conseguirlo”.

Está convencida de que puede sorprenderse a sí misma y sus resultados demuestran que está en su mejor momento. En el último ciclo olímpico batió sus mejores marcas, se colgó la medalla de bronce en el Europeo de Zurich y consiguió clasificarse para sus segundos Juegos: “En Río tuvieron que anestesiarme el pie para correr, el dolor era tan fuerte que frustró mi sueño de llegar a la final. Aun así, di todo lo mejor de mí porque, como en cualquier otro trabajo, hay que ser profesional cuando se está bien y cuando se está mal”.

Diana se calzó sus primeras zapatillas de deporte con 8 años y cuando el atletismo, apunta, todavía estaba visto como un deporte para niños. “Desde entonces el deporte femenino ha crecido mucho, tanto en la práctica como en el seguimiento y eso es gracias a los éxitos que estamos cosechando. A nivel de becas también estamos al mismo nivel, pero la repercusión todavía no es la misma. Creo que siempre se le da más importancia a las carreras de hombres que a las de mujeres, sólo hay que leer la prensa o ver los horarios de las retransmisiones. Y ahí es donde queda camino por recorrer. Ojalá los medios de comunicación se percaten de que tienen que hacer un esfuerzo para publicar más noticias sobre la actuación de las mujeres deportistas. Es fundamental para que haya más seguidoras y para que la sociedad vea que es posible trabajar, ser madre y hacer deporte”.

Ellas son algunas de las deportistas a las que se dirigen las ayudas puestas en marcha por el Consejo Superior de Deportes para el nacimiento y cuidado de los hijos menores de 3 años. Con el objetivo de desarrollar y fomentar el deporte femenino, el CSD lleva también a cabo otras actuaciones que se encuadran dentro del Programa “Universo Mujer”, entre las que destaca la búsqueda de patrocinadores privados.

“Gracias a sponsors como Iberdrola está cambiando nuestra forma de trabajar. Ahora nos podemos permitir asistir a más competiciones, con lo que nuestras gimnastas ganan en experiencia, esencial para alcanzar el éxito”, apunta Sara Bayón, entrenadora de la selección nacional de gimnasia rítmica, actuales Subcampeonas Olímpicas.

Sara es la única deportista española que ha sido Campeona del Mundo como gimnasta y como entrenadora. Empezó a practicarlo con tan solo seis años y desde entonces, asegura, se ha producido una evolución notable de la situación de la mujer en el deporte: “Recuerdo cuando este equipo consiguió medalla por primera vez en un Campeonato del Mundo. Nadie fue a recogernos al aeropuerto. Hoy las chicas no paran de acudir a eventos y exhibiciones y podemos presumir de ser el país con más afición entre las potencias mundiales. Esa repercusión se debe al éxito de las deportistas, al apoyo del Consejo Superior de Deportes y al de los patrocinadores”, afirma.

El logro de estas cuatro mujeres deportistas va más allá de los podios internacionales. Han conseguido sobrepasar sus límites, los que ellas mismas llegaron a ponerse en un determinado momento y los que le vinieron impuestos por su propio entorno y por la sociedad. Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, quieren gritar que si ellas pueden, todas las mujeres pueden. “Necesitamos concienciar a las mujeres de que el deporte es necesario física y mentalmente, porque nos ayuda a sentirnos mejor y repercute en la salud. Pero, sobre todo, es fundamental que nosotras lo practiquemos para que nuestros hijos vean que es sano y para luchar contra la obesidad infantil. Todo eso lo podemos cambiar nosotras”. Y lo dice una pionera como Nuria Fernández.