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Previas MLB 2017:

Una situación de peligrosa (y aburrida) indefinición

Los Tampa Bay Rays completaron una campaña espantosa en 2016 y, sin embargo, no se han decidido ni por la reconstrucción profunda ni por apostar a grande

Actualizado a
Evan Longoria seguirá siendo un referente para los Tampa Bay Rays en 2017.
Brian BlancoAFP

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Suele decirse que en el deporte norteamericano la peor de las situaciones es la del término medio en la clasificación, cuando esto es sostenido en el tiempo. Las clasicas franquicias que han encontrado un nicho de comodidad en el que no compiten realmente por el título, muchas veces ni siquiera por los playoffs, pero están lejos de ser el fondo de la liga.

Y, sin embargo, hay una situación aún peor que es la de estar cómodos... en la mediocridad. No sólo no se atisba el título, o la pelea con los buenos, sino que se van alejando de él paso a paso sin tener nada realmente de peso para mantener el status quo.

A este último grupo pertenecen los actuales Tampa Bay Rays, y es algo que produce cierta pena.

Porque la campaña 2016 fue una catástrofe para ellos. Acabaron últimos en la AL Este, y con el peor récord desde el año 2007 por la franquicia. A ello contribuyeron, en igual medida, las lesiones, las malas decisiones, la falta de acumulación de talento diferencial y el nivel de juego de algunos de sus pretendidas estrellas, que se se mantuvo por debajo ya no de lo esperado, en media, sino de lo que se suponía como el fondo de sus habilidades. En suma, un completo desastre de principio a fin.

Y cuando eso sucede es cuando las franquicias valientes han de tomar el toro por los cuernos y apostar a grande o a chica. Deben decidir si gastar mucho en la agencia libre y ser agresivos en los traspasos, o si pliegan velas, mandan a sus mejores hombres a otros destinos y se quedan con jóvenes promesas que hagan del futuro algo excitante aún a costa de un presente mediocre.

Los Rays no han hecho ni una cosa ni otra y, por lo tanto, lo que cabe esperar de ellos es poco más o menos lo mismo que el año pasado. Es muy triste. Y decepcionante.

Hombre, es cierto que sin la concatenación de tan mala suerte, de tantos factores que salieron todos mal a la vez, el número de victorias crezca, pero nada de forma tan sustancial como para verles peleando por entrar en playoff en la AL.

Han hecho un par de fichajes da buen precio, como son Ramos y Rasmus, que además les son útiles en posiciones de necesidad, pero nadie va a perder la cabeza de felicidad por este par de veteranos. Y han hecho algún traspaso, como el de Smyly, pero a cambio han obtenido demasiado poco retorno como para soñar con ser relevantes en un futuro cercano.

Así que ni lo uno ni lo otro: los Rays se han quedado en una peligrosa (y aburrida) indefinición.

El detalle histórico

Evan Longoria necesitaba refuerzos para sacar del atolladero a un ataque que fue último en bateo y primero en ponches en la Liga Americana. Queda por ver si los nuevos rostros están a la altura de la misión. Cualquier paso al frente será bienvenido en una franquicia en plena etapa de reconstrucción, pero el sótano parece garantizado en una de las divisiones más competitivas de Grandes Ligas, a menos que su joven pitcheo revierta la tendencia y comience a ejecutar de acuerdo con sus expectativas.

Las tres claves del equipo

1. Aporte de los refuerzos. Para esta temporada llegan Colby Rasmus y Matt Duffy con la única intención de revivir una ofensiva que fue última de la Liga Americana en bateo. No parece suficiente ante el déficit de pólvora en Tampa y la cantidad de huecos por llenar.

2. Contacto. Los Rays fueron un equipo de todo o nada en 2016, y nadie ha llegado muy lejos con esa fórmula. Cuartos en jonrones, pero primeros en ponches y últimos en bateo. El manager Kevin Cash debe pregonar mayor contacto y no buscar siempre volarse la barda.

3. Abridores: El pitcheo no está muy lejos de resultar un arma y no un lastre en los Rays, solo necesita respaldo. No hay mejor ejemplo de ello que Chris Archer, quien a cambio de su 4.02 de carreras limpias admitidas solo pudo presumir 19 derrotas. Lamentable.

Lo mejor

1. El bateo de poder con Longoria, Brad Miller y Dickerson está a la altura de cualquiera.

2. La llegada del súper prospecto, el pitcher José de León, en un canje por Logan Forsythe.

3. Aún sin contar con grandes nombres, la parte final del relevo sorprende por su solidez.

Lo peor

1. No hay nada que sea peor que una combinación de pocos imparables y muchos ponches.

2. Solo hubo uno de sus abridores que finalizara 2016 con marca ganadora: Jake Odorizzi.

3. Logan Morrison podrá ser muy divertido en Twitter, pero su producción en la inicial no.

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