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Las Vegas Raiders

Raiders, SuperSonics, Expos... los traslados más traumáticos

Las grandes liga norteamericanas han dejado en los últimos a más de una afición tirada y destrozada sin consuelo por perder a sus equipos.

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Raiders, SuperSonics, Expos... los traslados más traumáticos

La marcha de los Raiders de Oakland va a dejar una comunidad deportiva devastada. La ciudad se quedará huérfana de football justo a la vez que sus queridos Golden State Warriors cambian de orilla del río y abren nueva casa en San Francisco. Que lo tienen al lado, sí, pero viene a ser como perderlos también, porque en modo alguno se sienten como una sola ciudad.

Sin embargo, la afición de Oakland no es la primera, ni será la última, que se queda completamente colgada y sin equipo en Estados Unidos.

En los últimos 40 años han sido diez las franquicias recolocadas en la NFL, siete en la NBA, siete en la NHL una en la MLB. En alguno de los casos el movimiento obedeció a la lógica de equipos sin mucho presente, quizás también sin mucho pasado o arraigo, y con muy poco futuro en sus ubicaciones, por lo que el traslado se hizo con menos duelos y quebrantos. Pero en otras ocasiones, ay, aún nos estamos doliendo.

NFL: tres en dos años

El último año ha sido terrible para los que gustan del sabor clásico y tradicional de las buenas aficiones en la NFL. Desde enero del año pasado Saint Louis ha perdido a los Rams, San Diego a los Chargers y Oakland a los Raiders. Casi nada. Los dos primeros en favor de Los Angeles y los últimos para Las Vegas.

El caso de los Rams tiene sentido por el hecho de que, en el fondo, nunca han dejado de ser la franquicia emblema de Los Angeles. Pero nadie entiende qué narices han hecho los Chargers dejando San Diego, donde eran venerados, para convertirse en unos segundones en Los Angeles, ciudad que no les quiere ni les ha pedido. De hecho, van a jugar en un campito de fútbol, de menos de 30.000 espectadores, algo terrible para la imagen de la NFL. Son, a todas luces, una franquicia errante que a saber donde acaba en los próximos años.

Lo de los Raiders está suficientemente comentado hoy aquí, aquí, aquí y aquí.

Para hablar de movimientos anteriores tenemos que irnos a los años 90 y, curiosamente (o no tanto) con dos de estas mismas franquicias implicadas: los Raiders y los Rams, que salieron de Los Angeles en dirección a Oakland y Saint Louis respectivamente en 1995.

Más traumáticas fueron las recolocaciones de los Oilers (1997) y los Browns (1996), también en aquella época. Por un instante, como quien dice, Houston y Cleveland se quedaron sin NFL. Los Oilers se convirtieron en los Tennessee Titans y los Browns en los Baltimore Ravens. El enfado fue tal en ambas ciudades que muy poco tiempo después se crearon los Houston Texans y los Cleveland Browns que, encima, recuperaron su nombre y su legendaria historia.

La historia de los Baltimore Ravens también tiene miga, porque resulta que la ciudad había perdido a sus Colts en favor de Indianapolis en 1984 y no se habían recuperado de tal palo, de ahí que persiguieran una franquicia hasta que consiguieron arrebatar la suya a Cleveland.

Los añorados Seattle SuperSonics

Al lado de los diez movimientos de la NFL en cuarenta años, los siete de la NBA no parecen muchos, pero resulta que uno de ellos es el paradigma en este siglo de lo tristes que son estos traslados. O lo era hasta el de los Raiders, claro.

En el 2001 los Grizzlies se fueron de Vancouver para aterrizar en Memphis; en el 2002 los Hornets se fueron de Charlotte para encontrar casa en Nueva Orleans, aunque Charlotte peleó y consiguió a los Bobcats sólo tres años después, lo que elevó el número de equipos NBA a los actuales 30 (tiempo después, la franquicia recuperó su nombre original de Hornets y su historia, en caso análogo a los Cleveland Browns, dejando a los New Orleans en Pelicans).

El Huracán Katrina, que arrasó Nueva Orleans, hizo que los entonces Hornets, y hoy Pelicans, se fuesen a jugar temporalmente a Oklahoma City y eso desencadenó la desaparición de los añorados y llorados Seattle SuperSonics.

El equipo estaba peleando a brazo partido contra la ciudad de Seattle cuando en Oklahoma City se quedaron con el regusto en la boca de ver NBA toda la temporada. Nueva Orleans se estaba recuperando, y los Hornets (Pelicans) volvían a su cada. Su sustituto serían los SuperSonics.

En Oklahoma City se convirtieron en los Thunder y con ellos llegó un tal Kevin Durant, que jugó el último año de los Sonics en Seattle. El resto es historia moderna de la NBA. Desde entonces, año 2008, creo que no ha pasado una sola temporada sin que surja el rumor de que en Seattle van a construir un nuevo pabellón y van a pedir una franquicia a la liga. Somos muchos los que estamos deseando que eso pase. Y que se llamen los Sonics, claro.

Sólo Montreal ha perdido a su equipo de béisbol

El béisbol, la MLB, funciona a un nivel mucho más local que la NFL y la NBA. Estas últimas ligas tienen un nicho más global, nacional e internacional, de forma que los aficionados siguen a los grandes equipos sean de donde sean. Pero el béisbol, quizás por su sabor más tradicional y añejo, se sustenta, sobre todo, en las aficiones locales: cada cual es de su equipo, y es al que sigue. Es por eso que los traslados son mucho menos comunes.

En los últimos años sólo Montreal ha perdido a sus Expos, en 2005, en favor de los Washington Nationals. Y hacía 33 años que ningún equipo de la MLB se recolocaba.

Lo de los Expos también fue traumático. Al igual que Seattle con sus Sonics, cada año tenemos algún rumor que vincula el futuro de la MLB a la ciudad canadiense de nuevo.