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NFL Draft 2017

¿Garrett o Trubisky? La historia de la NFL apostaría por el primero

La elección del número uno del próximo Draft tiene divididos a los Cleveland Browns. Si se fijan en los precedentes, el pass rusher tendría ventaja.

Actualizado a
Feb 7, 2016; Santa Clara, CA, USA; Denver Broncos outside linebacker Von Miller (58) strips the ball from Carolina Panthers quarterback Cam Newton (1) in Super Bowl 50 at Levi's Stadium. Mandatory Credit: Ed Szczepanski-USA TODAY Sports
Ed SzczepanskiEd Szczepanski-USA TODAY Sports

Los Cleveland Browns se debaten entre Myles Garrett y Mitch(ell) Trubisky como número uno del Draft NFL 2017. Sea verdad o mentira esta duda, les conviene muy mucho hacer ver que están divididos en el seno de la organización entre el pass rusher y el quarterback. Y, así, se traslada a la opinión pública que el entrenador, Hue Jackson, está por la labor de quedarse con Garrett mientras que el general manager bicéfalo, Sashi Brown y Paul DePodesta, apostarían por Trubisky por orden directa del dueño de la franquicia, Jimmy Haslam.

Este debate es tan viejo como el deporte. Los hombres de negocios quieren al carismático vendedor de camisetas que pueda aparecer como salvador de la franquicia en el puesto más importante que hay en el campo, y en el marketing, mientras que el hombre de football quiere al mejor jugador de los que hay disponibles. Sobre el papel, esa es la historia que se representa estos días en los Browns.

Hay mil matices que tener en cuenta, por supuesto. El primero de ellos, y más importante, es que en modo alguno existe eso que se llama "la opción segura" y que todo el que piense que Myles Garrett es una estrella asegurada se equivoca. El segundo es la situación de la franquicia, el potencial de desarrollo de un gurú de quarterbacks como Jackson pareado con Trubisky, la necesidad de encontrar una solución en el puesto... y ese tan cacareado, y a mi modo de ver erróneo, modelo de pensamiento de "es que si sale bien han encontrado un QB para una década". Bueno, es que ese "si sale bien" no me parece tanto una moneda al aire, un asunto de azar o desempeño personal de Trubisky, como una sucesión de decisiones y acontecimientos que van dando forma a un equipo y a un jugador.

El caso es que, con todos esos condicionantes en mente, ya hemos visto escenarios similares en la historia de la NFL. Me refiero a un equipo teniendo dudas entre un pass rusher o un quarterback como número uno del Draft. Y, si miramos los resultados, lo cierto es que la balanza parece decantarse a favor de los que eligieron con la cabeza en vez de con el corazón.

Hace tan sólo tres años, los Houston Texans afrontaban un momento análogo al de los Cleveland Browns de este año. Tras un año horrible, y con la posición de quarterback hecha unos zorros, eran el #1 del Draft y allí había un jugador con pinta de valor seguro. Era Jadaveon Clowney, un feroz pass rusher con un cuerpo y una capacidad física digna de extraterrestres. La clase de QBs pintaba mediocre, como en este 2017, y los Texans ni siquiera tuvieron la tentación de ir a por Blake Bortles, que fue el primer pasador elegido, o Johnny Manziel, el segundo. Aún es pronto ya que les queda mucha carrera por andar (a Manziel no), pero parece obvio que Houston acertó en este dilema.

Hemos de remontarnos a 2006 para ver algo muy parecido. Y también con los Houston Texans implicados. Entonces escogieron a Mario Williams por delante de Vince Young o Matt Leinart, que tenían bastante más pedigrí que los quarterbacks de este Draft 2017 y que venían de disputar una de las finales de la NCAA, en la Rose Bowl, más memorables de la historia del football. En honor a la verdad, los Texans también pasaron de elegir a Reggie Bush, running back, que era el máximo favorito a ser elegido el primero. Williams fue, sin duda, mejor jugador que los otros tres juntos.

Los propios Cleveland Browns, en el año 2000, escogieron con el #1 del Draft a Courtney Brown. En modo alguno una estrella, desde luego, pero es cierto que el primer quarterback elegido en aquel proceso fue Chad Pennington. Alguno puede apuntar, con sorna, que en sexta ronda apareció un tal Tom Brady y que, hombre, igual le habría venido mejor que Courtney Brown a Cleveland, pero aquí estoy para analizar realidades y no cuentos de hadas como los que desde el año 2017 son capaces de asegurar que ellos vieron lo que Brady iba a ser en el Draft de 2000.

No quiero dejar de reseñar el caso de 1985, cuando los Buffalo Bills no dudaron en coger a Bruce Smith, que luego sería una de las grandes leyendas de la historia de la franquicia. El primer QB de ese Draft, es decir, al que decidieron no prestar atención, fue Bernie Kosar, que acabó en los Browns. Al igual que en el anterior párrafo, aquí hay trampa, pues los Bills esperaban que, en algún momento, Jim Kelly decidiese que tampoco importaba tanto el frío de Buffalo y que se iba a jugar con quien tenía sus derechos desde 1983. Esto es: no tenía sentido escoger otro QB.

Algo que es común a todos los casos expuestos es que los quarterbacks eran dudosos. Por supuesto, si hubiese un pasador que fuera considerado como una potencial figura aquí no habría debate alguno. Con un Andrew Luck, Cam Newton, Jameis Winston... disponible, los Cleveland Browns ya habrían anunciado su elección y hecho anuncios. Fijo. Y con toda la razón.

Así se hizo en los dos casos similares en este siglo en los que el segundo jugador elegido en el Draft fue un pass rusher porque el #1 era, claramente, un QB. Y, aún así, los resultados te dejan la ceja levantada en señal de interrogación.

Hablo de 2011, cuando los Carolina Panthers prefirieron a Cam Newton sobre Von Miller, #2 con los Denver Broncos, y 2002, cuando los Houston Texans le dieron las llaves de la franquicia a David Carr y los Carolina Panthers se quedaron con el premio de consolación de Julius Peppers.

Estoy seguro que en Carolina no se arrepienten en absoluto de seleccionar a Newton, y que volverían a hacerlo hoy mismo sin pestañear, pero tampoco deja de ser cierto que en Denver les parecería bien repetir jugada. Y, ah, sí, Von Miller tiene un anillo en una Super Bowl en la que una de las jugadas claves fue un sack con fumble sobre... Cam Newton.

Por otro lado, la carrera de Julius Peppers es de Hall of Famer y la de David Carr, por desgracia, se hundió como la línea ofensiva de su equipo, que le convirtió en el QB con más sacks imaginables por ser humano alguno.

Los Cleveland Browns parecen dudar entre Myles Garrett y Mitch(ell) Trubisky. Si la historia sirve de ayuda para que tomen la decisión entre un pass rusher que apunta a tiro seguro y un quarterback que pinta a ya veremos, ahí la tienen.