NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Rugby

El rugby como elemento vertebrador de Nueva Zelanda

Para jugar en la selección hay que estar en los equipos del país, y es más importante que los grandes contratos que llegan desde Europa

MurciaActualizado a
Richie McCaw, capitán de los All Blacks, con sus seguidores.
Phil WalterDIARIO AS

El éxito de los All Blacks va mucho más allá de unos triunfos deportivos, que los tiene. Tres Mundiales, dos de ellos seguidos, y un dominio de este deporte que otras naciones ven en la distancia soñando alcanzar algún día su nivel. Una hegemonía sustentada en el desarrollo del rugby entre los más pequeños que sueñan con lucir algún día el helecho blanco sobre el pecho negro de su camiseta.

Sentimiento.

Para jugar en los All Blacks debe permanecer en una de las franquicias de su país. Abandonarlo por una suculenta oferta económica de los grandes clubes europeos te excluye automáticamente de este combinado de élite. El caso reciente más significativo es el de Richie McCaw, que se retiró en 2015 siendo el más laureado de la historia, sin salir de las islas.


Pilar nacional.

El rugby es un elemento vertebrador sobre el que gira el país de Nueva Zelanda. Representa la identidad nacional colectiva y la educación se apoya en este deporte como nexo entre las culturas maorí y occidental. En los All Blacks es común ver jugar a estrellas con rasgos polinesios y otros europeos. La Haka ‘Ka Mate’ o ‘Kapa o Pango’ suele ser lanzada por un maorí y también existe un combinado nacional compuesto por jugadores con sangre aborigen. Otro detalle, el del actual capitán, Kieran Read, el mejor ‘Número 8’ del planeta, que renovó ayer hasta 2019. El acto se rubricó en su instituto, Rosehill College. El sentimiento de pertenencia e identidad está por encima de cualquier título.


Cantera inagotable.

Cuando Dan Carter decidió que ya había dado sus mejores años como All Black aceptó una oferta parisina de Racing 92 de 1,5 millones de euros (el mejor pagado del planeta y muy lejos de los números que se barajan en su país), un nuevo apertura comenzaba a llamar la atención. El joven Beauden Barrett, reconocido como el mejor del Mundo en 2016, incluso ofrece variantes de juego que superan a la mejor versión de Carter.

Imagen de marca.

Hablar de los All Blacks sólo es equiparable a mencionar en otros deportes al Real Madrid (fútbol), Ferrari (automovilismo), los Chicago Bulls de tiempos de Michael Jordan (baloncesto)... Combinan los valores del rugby tradicional con la cultura maorí y las novedosas técnicas de mercadotecnia con la misma destreza que sus jugadores placan, corren, empujan, saltan, patean, pasan y ensayan.

El gigante Jonah Lomu hizo mediáticos a los All Blacks

Aunque Nueva Zelanda sucumbió ante Sudáfrica en la final del Mundial de 1995, un joven jugador cambió para siempre la imagen del rugby. El gigante Jonah Lomu, una fuerza de la naturaleza, irrumpía en el panorama internacional con la velocidad de un ala pero la fuerza de un delantero. Arrolló a casi todos los defensas que se interpusieron en su camino y cuatro años más tarde, en 1999, repitió actuación. Fue incapaz de ganar un Mundial, pero su imagen quedará en la retina de aquellos que se asomaban por primera vez a este deporte. Sus problemas crónicos de riñón lastraron su carrera en años sucesivos e incluso falleció en noviembre de 2015, con sólo 40 años y acrecentando su leyenda.