El PSG, primer finalista de la Champions League
27-26. Derrotó por un gol al Veszprem, subcampeón vigente. El equipo magiar desaprovechó casi un minuto de ataque para empatar
El PSG jugará la final de la Champions League, aunque no llega a la final de manera tan cómoda como se preveía: 27-26, y sin llegar al tiempo extra porque al Veszprem le faltó definir su último ataque, casi un minuto, con siete (entró Ilic, y jugó con dible pivote, Sulic y Nilsson) y sin portero, y que acabó perdiendo sin lanzar a la portería de Omeyer.
Este error define la esencia del Veszprem en los últimos años: le falta alma, hambre y corazón en el momento de la verdad. Por eso perdió la temporada anterior ante el Kielce, y por eso no le sirvió la remontada de tres goles en la segunda parte.
Cuando peor estaba, Palmarsson dirigió al equipo con maestría y encontró siempre los emparejamientos en los que sus compañeros tenían ventaja en la línea de los seis metros. Eso, y que los parisinos fallaron un par de penaltis ante Alilovic, metió el desenlace en un pañuelo en el que los Xavi Sabaté salieron escaldados. Es su sino. Los goles rápidos de Remili y de Narcisse estropearon la organización de su defensa, y resultó el lastre definitivo.