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Balonmano. España, 22; Ucrania, 20

Silvia Navarro clasifica a las Guerreras para el Mundial

España tuvo 11 goles de ventaja, y al final pasó apuros para ganar. Carlos Viver apostó por la vieja guardia para amarrar el resultado

Actualizado a
Amaia González de Garibay celebra uno de sus goles.
Daniel PérezEFE

El partido 300 de Marta Mangué con España iba camino de ser una fiesta, y lo fue, pero hubo unos minutos en que Ucrania le metió el miedo en el cuerpo a las jugadoras, a los aficionados, y al propio Carlos Viver, que acabó tirando de las veteranas para amarrar un partido que estaba tan ganado que daba vértigo que se pudiese perder. Y se ganó, 22-20 (14-5), y España estará en el Mundial, porque en la ida había empatado a 24.

La heroína, como tantas veces, fue Silvia Navarro. En una primera parte en la que su aportación fue de un 70 por ciento, España encarriló el choque (14-5), que tenía decantado en el minuto 41 (19-8), que pudo echar a perder cuando a ocho minutos del límite aquello, el juego español, era alarmante: sólo dos goles de renta.

¿Qué había pasado? Que se había bajado en defensa, que se había perdido actitud, que se habían multiplicado las pérdidas de balón, que Carlos Vicer quería amarrar la victoria con las veteranas, y la portera Judit Balog emulaba a Silvia Navarro, que se buscaba el juego con el pivote y se iban ataques al limbo como si fuese una catarata de errores, que la primera línea no alargaba la pista a los extremos, y estos no entraban en juego como si estuviesen allí sin utilidad.

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Es decir, había pasado que España no jugaba, y que Ucrania se dio cuenta otra vez del nubarrón de ideas español. En esos momentos de tensión Alexandrina Cabral marcó un gol que a la postre sería decisivo, porque luego Silvia detuvo un penalti, y porque en esos minutos de tensión Amaia González recuperó un balón en defensa. Uff. Alivio final y el objetivo conseguido. Y, además, Viver ya sabe los errores que hay que pulir: que se pierdan más de 20 balones no se debe repetir.