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MONZA RALLY SHOW

Rossi enjuga sus penas ganando el Monza Rally Show

El astro italiano se imponía por cuarta vez en la prueba disputada en el mítico autódromo de la ciudad de Monza al volante de un Ford Fiesta WRC.

Actualizado a
Valentino Rossi, campeón del Monza Rally Show.

La mancha de mora, con mora se quita. Nada mejor que un triunfo para olvidar el triste final de temporada protagonizado por Valentino Rossi. El “Doctor” se imponía por cuarta vez en el Monza Rally Show, enjuagando en cierto modo las penas del polémico final de la sesión en MotoGP. Al volante de un Ford Fiesta WRC copilotado por el experimentado Carlo Cassina, el astro italiano lograba el triunfo ante miles de tifosi que le han aplaudido a rabiar.

El principal rival de Rossi a priori era el piloto de Hyundai en el Mundial de Rallys, Thierry Neuville. Se esperaba, al igual que ocurrió en ediciones anteriores en las que Sebastien Loeb, Dani Sordo o Robert Kubica, pilotos habituales de rally, se impusieron al astro motociclista, esta vez fuera el belga el que le amargara la fiesta. Pero Neuville competía con un equipo italiano que no le proporcionó los neumáticos más apropiados para la prueba, y se tuvo que conformar con la segunda posición. De hecho, la peleó hasta el último metro en una lucha sin cuartel frente al doble campeón del mundo de motocross Tony Cairoli, que competía con un Citroën DS3 WRC, y que se quedaba parado en el último tramo.

Neuville se acostó líder tras la primera etapa del viernes, pero a partir del primer tramo del sábado Rossi tomó el liderato, que ya no abandonó hasta el final de la prueba. El belga, además de sus problemas de neumáticos, tiró alguno de los conos del recorrido, lo que le valió correspondientes penalizaciones. El Monza Rally Show se disputa en el mítico autódromo, tanto en la pista que en la actualidad alberga el Gran Premio de Fórmula 1 como en la histórica con sus impresionantes peraltes. Un escenario que le ha valido a Rossi para olvidar sus penas por un fin de semana, darse un baño de multitudes y saborear de nuevo las mieles del triunfo.