Sainz y Verstappen, amor a Toro Rosso en San Valentín

Carlos Sainz y Max Verstappen siguen Faenza. Es allí donde han pasado los últimos días y donde les llega una fecha marcada en rojo en el calendario: San Valentín. Y los dos pilotos, demostrando sentido del humor y las ganas que tienen de probar el Toro Rosso ya en pista, no han dudado en demostrar su amor al monoplaza con el que debutaron en la Fórmula 1.

Sainz ha completado todos los objetivos marcados desde que viajó a Faenza mediada la semana. Pasó varias horas sentado en su coche para la fabricación a medida del asiento, familiarizarse con el nuevo volante, trabajar en el simulador y participó en varias reuniones con los máximos responsables de la escudería. E incluso se le vio hacer de mecánico, en los entrenamientos de pit stops con los que Toro Rosso pretende hacer olvidar algunos despistes de 2015.

Igual plan de trabajo tuvo Verstappen, que también afronta su segunda temporada en la máxima categoría del automovilismo. Existe optimismo en Toro Rosso respecto al rendimiento de ambos y así lo dejaba claro esta semana James Key, el director técnico de la escudería, que afirmaba que "en el duelo Sainz-Verstappen no hay favorito". "Su rendimiento fue muy similar el año pasado. En la clasificación estaban muy cerca el uno del otro, mientras que en carrera, Max demostró ser muy rentable en la segunda mitad de la temporada. Max es agresivo y valiente en las carreras y esto lo llevó a recibir elogios. Carlos es menos llamativo. Es muy disciplinado en el estudio de la manera para llegar a obtener un resultado, piensa mucho acerca de lo que está haciendo y sabe interpretar muy bien las situaciones. Sabe cuándo presionar".