Klopp, Valverde y el lío que dejó Rosell

Ayer dijo Klopp que no tiene el menor interés en una oferta del Barça, que está en un club ejemplar. En la práctica, no tiene importancia. El barcelonismo está más por Txingurri Valverde que por ninguna otra solución. A Klopp se le ve allí como un histrión, se le emparenta con Mourinho, tan detestado en Barcelona. Pero si esa declaración no tiene efectos prácticos, sí los tiene en otro sentido. Es un desprecio, y no hace tanto nadie hubiera despreciado al Barça. Hace poco, el club modelo de Europa era el Barça, convertido ahora en un desbarajuste. Todo el mundo se atreve con él.

El mismo día, sabemos que ‘The Telegraph’ informa que Rosell entregó 2,4 millones a la hija de Teixeira. Rosell otra vez en lenguas. No sé cuándo y cómo saldrá el Barça de este remolino en que se ha metido, pero sí que el paso de Rosell por el club ha sido como el de Atila por el Imperio Romano. Siempre noté que trataba de establecer distancias con lo que había hecho Laporta, y a fuerza de insistir en eso consiguió descarrilarlo espectacularmente. Laporta, con todo su aire ligero y sus formas tan discutibles, tuvo sentido y sensibilidad en su forma de llevar el Barça, que durante un tiempo fue la perfección.

Rosell salió corriendo y ahora Bartomeu trata de gestionar una herencia terrible, de la que en parte es corresponsable, porque estaba ahí. Ayer habló en TV3 para predicar calma, consciente de que el partido de esta noche ante el Athletic se espera como una manifestación contra su junta. Por la fecha en que es y las desilusiones recientes, irá poca gente. Así que los que vayan lo harán, en su mayoría, por su interés en hacerse ver y hacerse escuchar. Messi, la junta, Zubizarreta, Martino, Pinto... De repente todo está en cuestión. Como telón de fondo, la FIFA, que no deja fichar. No es raro que Klopp diga lo que dice...