Casillas, Gasol, Nadal, Alonso... Contador

La Vuelta rindió viaje en Santiago y encumbró a Contador, que se retrató, feliz, de peregrino, vencedor una vez más de una gran ronda. Alguien me preguntó ayer por qué la Vuelta no ha terminado en Madrid. Pues porque ayer se jugaba la final del Mundobasket en la capital y, ¡ay! se pensaba que en ella estaría España. Los dos acontecimientos juntos hubieran supuesto un desafío inabarcable para las fuerzas del orden. Por eso no llegó la Vuelta a Madrid, sino a Santiago, en el 800 Aniversario de la peregrinación de San Francisco de Asís. Efemérides un poco forzada, pero con finalidad buena.

Santiago no es la capital del Estado, pero fue el faro espiritual de Occidente durante la Edad Media, y en cierto modo aún lo es. Un gran marco para el final de una estupenda Vuelta, en la que hemos disfrutado con el duelo Contador-Froome, salpimentado por la compañía de Valverde, Purito y Aru. Lástima que Quintana, con sus dos caídas, tuviera que abandonar. El duelo a tres con el de Pinto y el británico hubiera sido glorioso. Pero Contador ha sido un más que digno ganador de una carrera a la que acudió con dudas, tras una seria lesión. Su triunfo alegra un poco la cara de nuestro alicaído deporte.

Porque la música está dejando de sonar. Al chasco del fútbol en Brasil ha sucedido el del baloncesto en Madrid. Nadal va cumpliendo años y lesiones y ayer nuestro equipo de Copa Davis bajó a Segunda, tras la defección en serie de demasiadas de nuestras primeras raquetas. Los mejores años de Alonso se están consumiendo en busca de una evolución del Ferrari que nunca llega. Aún suena fuerte el trueno de las motos, pero en otros deportes los protagonistas de la ‘Década de Oro’ van dando signos de agotamiento. Contador nos sonríe desde el podio del Obradoiro. Al menos aún le tenemos a él.