Jon Rahm llama a la puerta

Hay imágenes que dan la vuelta al mundo, y el eagle de Jon Rahm en el último hoyo del campo de Torrey Pines, en San Diego (EE UU), es una de ellas. Dieciocho metros separan la bola del hoyo. Salva la distancia en doce segundos. A 5,4 kilómetros por hora. Traza una curva por la derecha para compensar la caída del green. Entre la dificultad de embocar la bola —no es un golpe que se vea todos los días—, los saltos de alegría de Jon, que se trata de una cara nueva en el deporte, que era el último hoyo del recorrido y que ese eagle —meter la bola en dos golpes menos de lo que es normal— significaba la victoria, no es de extrañar que a cualquier televisión del mundo le viniera de perlas ofrecer estas imágenes. Pues vayamos familiarizándonos con el nombre: Jon Rahm.

Jon es Juan en euskera y el apellido Rahm tiene origen alemán, aunque en la familia nadie recuerda de qué antepasados procede. Jon nació en Barrika, a 20 kilómetros de Bilbao, en la costa; en cuanto empezó a destacar en el golf se fue becado a la universidad de Arizona bajo la tutela de Tim Mickelson, hermano de Phil, toda una eminencia, con cinco victorias en los Grandes. Mejor júnior del mundo en 2015, mejor amateur del US Open en 2016, ganador de un torneo profesional del circuito de la PGA, donde compiten las estrellas... Jon Rahm, un tiarrón de 100 kilos de peso y 1,88 metros de estatura, llega dispuesto a conquistar el mundo. Con 22 años se ha metido de un plumazo entre los mejores, tal y como hizo Ballesteros en su día. Con una salvedad: ahora hay más competencia.