El Estado es el principal patrocinador de las Federaciones. En los últimos tiempos, con la crisis y los recortes, se han acostumbrado a sobrevivir con menos dinero y a generar más recursos propios. Aun así, la mayoría necesita la inyección pública para programar las actividades de sus Selecciones Nacionales. Todavía en la etapa de Miguel Cardenal recibieron una carta del CSD donde se les pedía que trabajaran para 2017 con un 20% menos que el año anterior, por lo que pudiera pasar. Con la llegada de José Ramón Lete, las Federaciones anduvieron inquietas varias semanas: no recibían información. Finalmente, Lete las reunió el 22 de marzo para presentarles el anteproyecto. Salvo para los Paralímpicos, no había tijeretazo. Ni siquiera “ajustito”, como había anticipado. La subvención crecía cerca del 1%.

Las Federaciones salieron tranquilas al fin de aquel encuentro. La ADESP, eso sí, recordó al CSD que la subvención actual dista aún mucho del inicio de los tajos: están un 33% por debajo de 2008. Pese a ello, sonreían. Ya tenían algo con lo que trabajar en 2017. Pero, de repente, ha vuelto el ‘sí pero no’. Resucitan las malas noticias: si no se cierran los Presupuestos, sólo podrán recibir un 80% de las cantidades comprometidas. Paralelamente, LaLiga también ha reducido su patrocinio: da menos (de 5 millones pasa a 3) y pide más (los derechos de streaming). En apenas un mes, las Federaciones se ven otra vez en una situación muy delicada. Muchas se han gastado ya el dinero, otras no saben dónde recortar… “Tendré que despedir a algún empleado”, se lamentaba ayer un presidente. Están que trinan. Y con razón.