NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Europa-América: el partido interminable

Actualizado a

Esta vez no estaba Martín Palermo y Boca Juniors no pudo ganar la Copa Intercontinental, que se llevó el Bayern a Múnich. Boca cayó con honor, en la prórroga de un partido que jugó con diez durante muchísimos minutos. La cuenta desde que existe esta competición, nacida en el lejano 1960 a mayor gloria del gran Real Madrid de la época, arroja una corta ventaja para los equipos americanos: veintiuna victorias del campeón de la Libertadores por diecinueve del de Europa. Nosotros no prestamos demasiada atención a eso, pero allí sí se la prestan.

Porque Suramérica está orgullosa de jugar bien al fútbol y mira con recelo a Europa, que con su poder económico se lleva a sus mejores jugadores en la mejor edad. Palermo, por ejemplo, arrancado del Boca Juniors por el Villarreal. Expresión de esa sangría es que el premio de Jugador de América, que debía ser equivalente al Balón de Oro, es más bien como el Trofeo Bravo. Premia cada año a una figura joven, que enseguida acaba yéndose a Europa. Contra esa sangría luchan los clubes americanos, que ven en la Intercontinental su cita anual con la revancha. Esta vez han perdido.

Pero yo les admiro igual, porque sacan y sacan jugadores. También en la historia del Mundial hay un equilibrio nacido de la injusticia. Ocho mundiales ha ganado cada continente, pero han participado muchísimos más equipos europeos(175) que americanos(65). Al próximo irán 15 europeos y 5 americanos. ¿Por qué? Porque mangoneamos. Ellos producen incesantemente futbolistas y mantienen viva la llama de la técnica y de la astucia de arrabal y gracias a eso aún nos empatan o nos ganan en este partido incesante entre los dos grandes continentes futbolísticos.