Que lo sancionen

Rivaldo es un tipo tranquilo. Buena gente, aparte de un excelente jugador de fútbol. El marcaje de Lacruz lo sacó de quicio. Cinco faltas reiteradas en muy corto espacio de tiempo (golpes, agarrones y empujones, de todo un poco) precedieron la agresión del brasileño. Humano como es, se le hincharon las paciencias a Rivaldo y le arreó un mandoble, que ni el árbitro ni el asistente de esa banda vieron jamás. Sí advirtió el de la línea que algo pasaba, que hubo un forcejeo y que vasco y brasileño se encaraban, y eso fue lo que sancionó el árbitro.

Conocida ayer la decisión del Comité de la Risa de abrir un expediente para volver a estudiar el asunto, las voces culés no tardaron en clamar al cielo. No tardaremos en oír y leer sandeces como "persecución", "campaña" y otras por el estilo. Para que no se diga que los periodistas siempre hacemos crítica destructiva, aquí va un sincero consejo para los que mandan en Can Barça.

Llamen ustedes a capítulo a Rivaldo (así de paso le preguntan cómo andan él y su familia, porque desde que se quejó por no cobrar los atrasos nadie de la junta le dirige la palabra). Díganle que eso que hizo el sábado está muy feo. Ábranle un expediente sancionador y métanle un multazo que, de paso, les ayudará a paliar la malaria económica. Y den ejemplo, por una vez.