"¡Mañana tiro las muletas!"

Entrevista Manuel Pablo

"¡Mañana tiro las muletas!"

"¡Mañana tiro las muletas!"

No le hemos tratado de cerca, pero sabíamos de su talante y por eso no nos sorprendió este Manuel Pablo luchador y decidido a sobreponerse a cualquier penalidad.

¿Qué vida lleva?

¡Arrastrada!

¿Como cuánto?

Por la mañana me levanto y me voy a la clínica, a rehabilitación. Estoy cosa de hora y media.

¿Qué le hacen?

Ejercicios de autoestimulación para coger masa muscular, magnetoterapia para que el hueso consolide más deprisa y tal. Además, como en el pie tengo poca movilidad, también me trabajan ahí.

Más cosas.

Como, me echo la siesta y vuelvo a la clínica otras dos horas o dos y media. Esta sesión es más física: hago bicicleta, me meto en una máquina para coger cuádriceps. Todavía no puedo poner resistencia por debajo de la fractura. Y más magneto y mucho trabajo con los fisios... Lo previsto, vamos..

¿Y qué come, y cómo duerme, cuánto le ha cambiado la vida?

Como lo de siempre, pero he engordado dos kilos. Bueno, en la pretemporada ya me presenté así. Me supongo que es lo normal. Y dormir, duermo bien. Lo peor fue al principio, en la clínica, allí sí que fue una lucha, pero ahora me apaño.

¿Y el ánimo?

¡Eso es lo mejor que tengo!

Pues no hablemos más.

Eso, desde el principio. Uno sabe lo que tiene, que la cosa es grave y larga, ¿y qué va uno a hacer? Pues apretar los dientes y mirar adelante. Lo que pasó, pasó. No merece la pena darle más vueltas.

¿Y a qué le da vueltas? ¿Al Mundial, por ejemplo?

Sí, claro que pienso en el Mundial. Pero también que igual vuelvo la temporada que viene... Uno tiene muchos ratos para pensar.

¿Demasiados?

Los que son. La vida me cambió. Antes no paraba. Entrenamiento, viaje, partido y vuelta a empezar. Ahora lo tengo todo igualmente programado, pero en tranquilo. La idea es siempre la misma: trabajar duro para volver cuanto antes. Me hablaron de seis meses y estoy en el segundo. Pero si por mi bien me dicen que espere más tiempo, esperaré. El fútbol es mi vida, no tengo otra cosa más importante que hacer. De pronto se paró todo. Se trata de ponerlo otra vez en marcha.

El otro día dijo Camacho en Ferreira que lo espera a usted.

Es una alegría y me da muchos ánimos que el míster diga eso.

¿Nota algo en esa pierna mala?

Que me está saliendo una bola.

El callo.

Eso es. Se me está formando una bola en la canillita y eso es lo bueno. Le voy a dar una noticia...

A ver.

Mañana lunes dejaré las muletas.

Los que un día nos partimos algo sabemos que eso es como escalar una montaña. ¿Sabe? Yo tuve que aprender a andar otra vez. Me ponía junto a la pared y no arrancaba.

¿Qué le pasó?

Me partí un tobillo jugando al fútbol sala. El mejor delantero centro malo fui yo.

¡Ja, ja! Es una conquista sí. Iré cojeando de momento, pero verme sin muletas me dará ánimos, es superar una pequeña etapa de esta carrera tan larga. Resulta que me toca radiografía, pues no me han hecho una desde hace ya bastante tiempo y el médico me ha dicho que aprovecharán para quitarme la muleta.

La radiografía es la verdad.

¡Dios quiera que sea buena!

Querrá.

Yo lo estoy haciendo todo para que quiera.

¿Y la Navidad?

Aquí, con mi novia que es de A Coruña.

¿Y Las Palmas?

Para Nochevieja y Primero de Año. Con este lío hace tiempo que no aparezco por allí y la verdad es que ya me apetece ver a mi gente, celebrar allí la entrada de un nuevo año, que seguro será bueno... Todo eso.

Es magnífico lo suyo, amigo. Es usted el que da ánimos.

Mi oficio tiene estas cosas. ¿Qué voy a hacer? ¿Amargarme? Nunca espera uno una lesión así, pero hay que asumirla y pensar que no hay mal que cien años dure. No, ni puede amargarse uno ni amargar a los que tiene a su alrededor.

¿Vio la jugada ya?

Sí, a los tres o cuatro días.

¿Y...?

¡Bah! Una desgracia, jamás debió suceder eso. Él va al suelo, toca la pelota, aparezco yo...

Él, Giovanella o sea, ¿le sigue llamando?

Sí, sí. Me va llamando, siempre se preocupó por mí.

¿Ve fútbol? ¿Al Depor, por ejemplo, o se va al cine los domingos?

No, veo al Depor.

Y se cabrea.

Sí, cuando jugamos fuera. Pero en casa disfruto.

Abrónquelos, diga que con Manuel Pablo, eso no pasaría.

¡Anda que no! Lo del Depor fuera no es de ahora y no encontramos una explicación convincente. Los equipos se crecen ante sus aficiones y se multiplican y confían en sus posibilidades más que cuando juegan de visitante. La Liga está muy igualada y es difícil agarrar una racha como la que está teniendo ahora el Madrid.

La tuvo el año pasado y liquidó la Liga. O casi.

Si un equipo como el blanco se mete en una racha positiva de ocho o diez partidos y los demás vacilamos, el agujero se hace grande y ya resulta imposible bajarlo de ahí. Nuestra obligación es dar con esa regularidad que se nos niega.

Pero el Depor sigue aspirando a las tres coronas.

No somos favoritos, pero sí aspirantes, en efecto. El grupo de la Champions es difícil, pero nos meteremos aunque sea de segundos. La Liga es muy larga, queda muchísimo por jugar. Y la Copa, ya sabe: la final se jugará en el Bernabéu, por lo del Centenario del Madrid.

Los blancos no deben querer al Depor ni en pintura en ese partido.

No me lo creo: sería un partidazo y a los jugadores del Madrid, como a nosotros, nos gusta jugar partidazos.