Salvemos a Guti

Salvemos a Guti

Curtido en los campos embarrados de la Ciudad Deportiva del Real Madrid desde que era un mocoso que regresaba machacado a su casa paterna de Torrejón de Ardoz, José María Gutiérrez aprendió a pulir su inmenso talento a base de palos. Los más integristas no le perdonaban que tuviese un corte de pelo similar al de Redondo, como si la calidad de un jugador dependiese directamente de la estética capilar. Cuando subió al primer equipo y fue respaldado por Jorge Valdano, los talibanes de turno volvieron a colocarle en la senda de la sospecha. El muchacho, harto, se cortó la cabellera, se casó, domó su vida privada... y empezó a ganar Copas de Europa.

Es más, el año pasado tuvo que ponerse el disfraz de Mister Lobo, ese Harvey Keitel que en ‘Pulp Fiction’ se dedicaba a solucionar problemas, y marcó 14 goles. Pero el jurado popular no le perdona una. Anoche tuvo la desgracia de fallar una ocasión inmejorable y que Rafa Guerrero, alias ‘No me Jodas’, le birlase un gol legal. Guti fue vapuleado por el coliseo, que ya estaba con el pulgar hacia abajo. Fue sustituido y después llegó la goleada gracias a la aportación realizadora de los cuatro ases mundiales de este Madrid imperial del Centenario. Roberto Carlos, Raúl, Zidane y Figo ratificaron con goles su jerarquía. Pero yo me quedo con Guti. Hay que salvarle. Es el jugador número 12 de un Madrid que hará Historia. Seguro.