Rayo y Alavés son los únicos equipos que tienen la posibilidad de sumar puntos hoy. Y es que mientras que el resto están al día en el calendario, el madrileño y el vitoriano dirimirán el encuentro que fue aplazado el pasado 23 de diciembre por culpa de la nieve que cubría el terreno de juego del Teresa Rivero, correspondiente a la decimoctava jornada.

El duelo llega en un momento especial para ambos equipos, en una etapa en la que el triunfo se cotiza mejor que nunca. En el caso del Rayo porque le permitiría abandonar el farolillo rojo de la clasificación. En el del Alavés, porque los tres puntos le harían ser el colíder. El conjunto vitoriano tiene incluso la posibilidad de ser el primer clasificado, aunque para ello necesitaría vencer por siete goles de diferencia.

El Rayo tiene más respecto por el Alavés que el que tenía por el Barcelona. El estilo de juego del equipo de Mané se le atraganta. Pero Bolic está de dulce y el cuadro franjirrojo confía en sus goles. El pasado domingo, ante el Barça, dio un curso de cómo hay que hacer las cosas. Entonces sacó matrícula honor y hoy, ante el Alavés, en su partido número 50 en la Liga española pretende obtener el cum laude.

El problema que puede tener, no obstante, Gregorio Manzano es el de la alineación. El técnico del Rayo contaba con el mismo once que derrotó al Barcelona, salvo Alcázar, que dejaría su puesto a Graff. Pero hasta esta misma mañana no sabrá si podrá contar con Míchel, que continúa teniendo molestias en la rodilla izquierda. Además, el Rayo es un equipo que convive con las adversidades. Las últimas, son las lesiones de Baljic, que le deja fuera de la convocatoria, y de Corino, quien sí está en la lista, aunque ésta la componen 20 jugadores por si acaso.

El Alavés, mientras, sí que pondrá contar con Pablo. Aunque éste viese el pasado domingo una tarjeta amarilla que acarrea suspensión al cerrar ciclo, la cumplirá la próxima jornada. El cuadro vitoriano desea vivir hoy el primer acto de una etapa que tendrá su continuación mañana en el Palacio Real. Gonzalo Antón, el presidente, Mané, el entrenador, y Pablo y Karmona, los capitanes, recibirán de manos del Rey Juan Carlos I la placa de plata de la Real Orden al Mérito Deportivo.