Con César, sin Porti

Primera | Real Madrid - Zaragoza

Con César, sin Porti

Con César, sin Porti

El Madrid inicia la dura carrera por el doblete. El Bernabéu dictará veredicto a Del Bosque. El Zaragoza, de víctima.

Con el recuerdo aún fresco del Portillazo, regresa la rutina liguera del Real Madrid sin el supergoleador de la cantera. Bendita rutina, por otra parte, porque los blancos defienden hoy ante el Zaragoza nada menos que el liderato. Podemos decir que esta tarde en el Bernabéu es el primer día del sprint final del campeonato. Es a la vez la campanada que anuncia dos meses dramáticos para los hombres de Del Bosque, sumergidos en la responsabilidad ineludible de lograr el doblete.

Vuelve el Real Madrid de los cracks, incluyendo con fórceps en este Once de la Fama al guardameta César. Del Bosque ha comparado y ha elegido. Iker es, si se cumple la previsión, definitivo suplente. Camacho no lo entiende así y se lo llevará a Corea. ¿Quién tiene razón? Esperemos un veredicto del Bernabéu tras ‘lo’ del Camp Nou.

Hechos contrastados del partido: el Zaragoza llega con el agua al cuello, coqueteando con el descenso; Milosevic es su gran esperanza; Raúl es la bestia negra de los aragoneses, con ellos debutó y siempre los golea; Hierro está fenomenal de la lumbalgia, mientras que Figo dice que le duele el tobillo y se reserva una semanita más.

Con estos argumentos, el estadio va a registrar el enésimo lleno de la temporada y eso que no viene Portillo. Hay a quien le apetecería ver al chaval en el coliseo blanco. Pero Del Bosque da prioridad a los veteranos: es decir, a Morientes. El madridismo no se rinde por una Copa perdida. Al revés, se propone participar para empujar a su equipo en estos momentos de ciertos titubeos. Lo urgente es devorar al Zaragoza, y después meter al Bayern en la boca del lobo.

Luis Costa anunció sus miedos antes del viaje: "El Madrid no tiene puntos débiles". El técnico del Zaragoza no dice la verdad. Los blancos son vulnerables, como se ha demostrado en la Liga. Ahora bien, desde hoy y hasta mayo, el líder no puede permitirse un tropiezo porque para ser campeón depende exclusivamente de sí mismo.