Les aseguro que si pudiera adelantaría las manecillas del reloj. No queda nada por comentar, ni estadística por revolver, ni análisis táctico que desmenuzar. Viendo la cara crispada de Del Bosque en la rueda de prensa en el Hampden y ante quinientos periodistas, uno se pone en su pellejo y desea que el tiempo corra lo más deprisa posible.
Son horas de tensión pero también de felicidad. Es la cuarta final de Champions de un equipo español en el último lustro y eso, posiblemente, no lo verán otras generaciones. Desde esa sensación de privilegio, hay que decir que el fútbol español es la envidia del mundo. Se palpa en cada pregunta de compañeros de otros paises.
Pero esta previa no se parece nada a otras. Ni el Madrid en el 98 y 2000 ni el Valencia el pasado año, soportaban la pesada carga del favorito. Y eso nos crea dudas. Los alemanes son aún peores si se visten de víctimas. Y así han llegado a Glasgow. Y así será cuando salten al terreno de juego mañana, con muchas precauciones, con cuatro defensas, que son cinco si sumamos a Ramelow, con un único punta, con la baza sorpresa de su crack Ballack. Y con la losa de una final perdida hace tres días por goleada en la Copa de su país.
A cambio, Del Bosque quiere ser fiel con la historia de su club y dejará a un lado las prudencias evidenciadas contra Bayern de Múnich o Barça. Ser rácano hoy, pierda o gane, le condenaría para siempre. Por eso jugará con el equipo que hizo felices a millones de aficionados en el Bernabéu cuando liquidaron a los muniqueses. Por eso aceptará el reto de jugar al ataque y tomar la iniciativa desde el principio. Y me da que no está del todo convencido. Pero no le queda otra. Las pasadas frustraciones sólo se pueden borrar con la Novena y con un gesto de grandeza desde el planteamiento táctico.
Figo sonríe
Me quedo también con el cambio de cara de Figo. Ante el bombardeo de preguntas, sonrió, mostró sus dotes de políglota y dejó escapar el brillo del que se sabe elegido para algo grande. Él, con Zidane, Solari y Makelele, tendrán la llave para que Raúl y Morientes puedan definir. Atrás, Hierro y Helguera se deben bastar para controlar. Salgado y Roberto Carlos, como siempre, tendrán que recorrer muchos kilómetros por las bandas.
Sigue haciendo frío. Sopla el viento. No para de llover. Siguen las sombras apoderándose de las luces. Por poco tiempo.
El Rey será el talismán en Glasgow
Don Juan Carlos prometió que estaría en el Hampden Park cuando supo que Madrid o Barça llegarían a la final. Y lo cumplirá. Con él, el Madrid ha ganado siempre en Copa de Europa en las últimas temporadas. Junto al monarca estará la ministra Pilar del Castillo, el secretario de estado Gómez Angulo, el alcalde y el presidente de la Comunidad de Madrid así como el presidente de honor del COI, Juan Antonio Samaranch.
