Como siempre

Primera | Sevilla 1 - Betis 1

Como siempre

Como siempre

morenatti

Sevilla y Betis repiten el doble empate del curso pasado. Inicial dominio verdiblanco y palos de Toedtli y Reyes al final

Choque de trenes, voluntades contrarias y corazones a punto de estallar, un chorreo de fútbol en algunas fases, carreras y caídas, pasión sin límite... No faltó casi nada en el derby. Bueno, sí, faltó la victoria. Ni el Betis, que parecía que en el primer tiempo se iba a comer el mundo y al Sevilla vivo, ni el Sevilla pudo hacer saltar la banca. Empate, liso y lirondo, que no humilla a nadie. Otra igualada, como en el doble duelo del curso pasado.

"Esto es lo que hay", que es frase de moneda común por estos pagos ante la rotunda evidencia de los hechos. Anoche no se derramó ningún milagro de panes y peces, tampoco volvió a los ruedos el muy bético Curro Romero olvidándose de su retiró marbellí. El Betis apabulló a fútbol a los sevillistas durante los primeros cuarenta y cinco minutos, pero los blancos se rehicieron en la continuación y metieron a su enemigo en el cuarto oscuro a base de tesón, velocidad... y Reyes.

Esto es lo que hay, dijeron los blancos y replicaron con lo mismo los verdiblancos. Fútbol de este lado, voluntad (una montaña) desde aquella parte. El Sevilla puso todo su empeño en la tarea, pero pinchó en hueso, porque tenía que pinchar. El Sevilla, que realizó el mejor partido en lo que va de Liga, se quedó pequeño ante la envergadura del juego de su adversario. En la primera mitad quiso derribar a pisotones a un elefante y a éste le entró la risa. El Betis, muy centrado en su papel, no se anduvo con rodeos y fue al grano desde el principio. El primer balón que le vino a Denilson sirvió para trazar el camino a seguir por la escuadra de Víctor Fernández. Diez minutos en la pelea y media docena de sustos para Notario. Su colega Prats hubiera bostezado un par de veces si no llega a abordarle aquel pirado vestido de rojo, que quiso hacer el caballito a su costa. El Betis era mucho Betis de la mitad para arriba del territorio y podía todas las veces a su adversario.

Desequilibrio.

Casquero no encontró la brújula y notó cómo le pasaba por encima Ito, Assunçao y Capi. En los flancos, Joaquín encontraba una mina en David y Denilson se hacía un hueco entre los ímpetus mal llevados de Njegus. La zaga sevillista trabajaba a destajo y no encontraba el momento para irse a los vestuarios. Reyes, Toedtli y Gallardo ayudaban a sacar agua del agujero, pero veían imposible el camino de Prats.

En la continuación, Caparrós enmendó la plana, dejó a Casquero en las duchas y sacó a Antoñito. El Sevilla no es equipo de bajar la guardia, muere matando, y eso hizo.

Samways se echó al equipo encima, Marcos Vales alzó su voz y conectó con sus compañeros de arriba, Gallardo encontró una vena de inspiración y Reyes hizo el resto. El de Utrera consiguió que Varela no se anduviera con alegrías y llevó a su equipo en volandas. Toedtli y Reyes estuvieron a punto de marcar de no ser por la madera. Juanito se interpuso en otro remate a bocajarro de la perla sevillista. El Betis se desconcertó por momentos. Cuando reaccionó, su rival iba crecido y con la quinta echada. Capi intentó abrir brecha, también Joaquín. Pero ahí estaba Notario. Los muebles volvieron a su sitio en el derby y el empate dominó a su antojo. La misma historia de siempre.