Que hable con el Mono

Que hable con el Mono

A Demetrio Albertini, el jefe, le gusta hablar con los árbitros. Mala cosa. Y menos que insista en seguir dialogando después de lo que le ha pasado en Málaga. "Si sólo le dije tranquilo". Y sólo por eso le sacaron una amarilla que significó la expulsión, porque era la segunda. Y encima, por esa pequeña charla, se perderá el partido contra el Valencia. Menudo estropicio. Imagínate, Demetrio, lo que hubiera pasado si le llegas a decir algo peor. ¿Y no sería mejor ahorrarse estos incidentes en lugar de empeñarse en tropezar en la misma piedra?

Albertini, veterano de mil batallas, buen futbolista, se justifica ahora con argumentos poco convincentes. A lo mejor en Italia y en toda Europa se puede hablar con los árbitros. Aquí no. Aquí te expulsan antes por decirle algo al árbitro que por darle un codazo a un contrario. Eso ya lo debería saber Albertini, o por lo menos hacer caso a quienes conocen el paño mejor que él. La imagen que ofreció el Atlético en la última media hora en Málaga fue sencillamente penosa. Y no se debería repetir. Y Albertini haría mejor en dedicarse a jugar, que es lo que hace bien, y no a hablar con los árbitros. Y si necesita conversación en el campo, que se dirija al Mono Burgos que seguro que es más divertido que todos los colegiados españoles juntos. Y, además, no saca tarjetas.