Fernando Hierro le bautizó como el Ferrari y el cariñoso mote que le puso su compañero le viene que ni pintado. El Ferrari de Raúl no pierde fuerza y, desde que debutó con el Real Madrid en un partido oficial en La Romareda un 29 de octubre del 94, el delantero ha sido el motor que ha tirado del equipo en todas las competiciones. Seguramente, ni el propio Raúl imaginaba entonces que ocho años después habría alcanzado la cifra de 422 goles... y los que le quedan.
El Betis fue su última víctima. El pasado martes, en la reanudación del partido del apagón, Raúl marcó un nuevo tanto en Liga, el que subiría a su cuenta particular en esta competición como el 142. Se ha ganado a pulso el quinto puesto en la clasificación de máximos goleadores del Real Madrid, distanciado, a tan sólo 14 de Puskas (156). Esta cifra también le ha servido para escalar posiciones entre los goleadores históricos de la Liga: sólo le quedan 36 goles para igualar a Gorostiza, el décimo clasificado.
Curiosamente, 36 es una cifra mágica para Raúl. Es el número de goles que suma en Champions League desde que marcó el definitivo 6-0 ante al Genk belga el pasado 25 de septiembre en el Bernabéu. Una semana antes, frente al Roma, Raúl había anotado su gol número 35 en Europa, el que le valió para superar a Puskas y para convertirse en el segundo máximo goleador del Real Madrid en la competición europea. (Sólo superado por los 49 de Di Stéfano).
Y por si aún quedaba alguna duda de la fuerza del Ferrari, ahí va otro dato: mágicos también son esos 36 goles europeos porque gracias a ellos se ha convertido en el máximo goleador de la Champions League desde que ésta se disputa con el nuevo formato (temporada 92-93) seguido, muy de lejos, por el delantero de la Juventus, Alessandro Del Piero (27).
