Vencer es de valientes

Vencer es de valientes

Santa paciencia es la que está atesorando la gente del Calderón. Once años de sufrimientos y desengaños lo resisten muy pocas hinchadas futbolísticas. El principal defecto que vienen exhibiendo los jugadores es el exceso de miedo. Tienen que quitarse la presión, jugar con alegría, salir a morir por cada pelota y aprovechar el aliento que les llega desde las gradas y que envidian la mayoría de sus rivales. La osadía casi siempre tiene su premio. En el Atlético han llegado las dudas. La plantilla no termina de subirse a la ola de las victorias y corre el peligro de caer en el victimismo y pensar que todo les sale peor que mal. Es el momento de sentarse en el diván y tomar la lección del Racing ante Ronaldo y su gente.

Otra vez se juega con fuego, y los visitantes ya comienzan a tener la sensación de que viajar a Madrid y jugar contra el Atlético es un auténtico chollo. Una ventaja excesiva para aspirar a grandes metas. Las próximas citas ante Rayo y Athletic son vitales para ganar como sea y, si es posible, convenciendo al personal. Otro tropiezo volverá a la entidad a vivir bajo el fantasma de luchar por no caer en el infierno de Segunda. Mi educación futbolística está llena de recuerdos de equipos que en su casa eran indomables con un método más que sencillo. Arriesgar y salir con delanteros. Nunca jugar para ahogar las virtudes del rival.