Marcha negra del Betis en el Calderón

Primera | Betis 0 - Mallorca 1

Marcha negra del Betis en el Calderón

Marcha negra del Betis en el Calderón

Un Mallorca muy bien plantado derrotó a unos 10.000 verdiblancos.

Marcha verde no, Marcha Negra. No hubo tantos viajeros (poco más de 10.000) de Triana a Pirámides, y un resultado desalentador para los béticos hizo de la vuelta a casa verdiblanca todo un calvario. Ganó el Mallorca de Manzano, pescador de ríos revueltos que se aprovechó de un Calderón casi desierto, sin luz y silencioso. Todo lo contrario a Heliópolis.

Porque un partido de fútbol sin gritos es como una partida de ajedrez. A Kasparov nadie le insulta, a Anand nadie lo jalea. Se limitan a mover sus piezas, a ganar, a perder, a firmar tablas si el rival es demasiado peligroso. Con esa premisa acudió Manzano a un territorio menos hostil de lo habitual. Conocía las principales vías de creación rival y, simplemente, las taponó. Renunció a su 4-2-3-1 para reforzar las bandas con más peones de los que suele (4-4-2) y enmarañó a Joaquín y Denilson, alfiles perdidos, enredados, sin profundidad, sin regate y sin diagonales. Capi y Casas, que sustituía (es un decir) al lesionado Alfonso, sucumbían ante un gran Nadal, un buen Lozano, un excelente Ibagaza. Resultado: ni una ocasión bética (quién lo diría) en la primera parte. Novo, de un chutazo inalcanzable para Prats, acabó de ennegrecer la tarde a los béticos: 0-1.

Inoperante en las bandas, el Betis lo debía intentar por el centro. Movió ficha Víctor Fernández con Fernando, más vertical, más capaz cerca del área que Arzu. El ex madridista, que no había rascado mucha bola en todo el partido, se alió con Capi para poner al Mallorca en aprietos.

De la sociedad salieron dos disparos que Leo Franco sacó in extremis, un remate que Casas (ciego ante puerta) mandó fuera por poco, una andanada de Joaquín culminada por Denilson que Nadal sacó bajo palos... Y un último cartucho más en forma de libre directo. El larguero estaba asustao, tiraba la falta... Assunçao y el larguero cobró, como ha ocurrido cuatro veces ya esta temporada. En la orilla, en el larguero, murió el Betis para desesperar a sus fieles, pocos pero audaces, que desafiaron al mal tiempo para estar junto a su equipo en el Calderón. Manzano, y su ajedrez, tuvieron la culpa.

Fernando Torres, en el Vicente Calderón

Fernando Torres, que había jugado con el Atlético el sábado noche, volvió al Calderón ayer para presenciar el Betis-Mallorca y de paso saludar a dos buenos amigos que tiene en la Sub-21: los mallorquinistas Riera y Robles. El Niño felicitó a los dos después del partido.