¿Qué poder tiene un futbolista en cuyo nombre se varían los sistemas? Esa es una buena pregunta al aire, después de que Heynckes explicase ayer cómo la inesperada ausencia de Alkiza en Mestalla por unas décimas de fiebre le obligó a cambiar el dibujo táctico. El técnico alemán confesó que "la semana pasada, sobre todo los medios de comunicación, pero también los jugadores, estaban convencidos del sistema que habíamos empleado ante el Málaga. Yo no lo estaba tanto", admitió y puso como ejemplo que "el miércoles le dije a Alkiza que iba a jugar en el centro del campo, que quería un jugador más en esa zona porque el Valencia juega muy diferente al Málaga".

Ante este contratiempo, Heynckes volvió a recurrir al 5-3-2. Quizás porque no encontró en la plantilla un jugador de características similares al donostiarra. El superávit de jugadores ofensivos le sirvió para explicar la ausencia de Julen Guerrero de la convocatoria. "Tenía cuatro jugadores ofensivos como Urzaiz, Tiko, Arriaga y el propio Julen y eran demasiados para el banquillo. Ha sido una decisión táctica sin importancia".