Jorge Valdano, director general del Real Madrid, acudió ayer a la Ciudad Deportiva antes del entrenamiento para reunirse, primero, con Vicente del Bosque y, después, con los jugadores. Valdano analizó con todos ellos los problemas por los que atraviesa del equipo, que suma cuatro partidos sin ganar, y extrajo como principal conclusión que el Real Madrid está ante un debate futbolístico y no de voluntades.

Por lo que se refiere a los jugadores que estaban presentes en la reunión (todos, menos Raúl, que sufre una diarrea y ayer no acudió a la Ciudad Deportiva), la mayor parte admitió que están jugando demasiado precipitados. El motivo no es otro que el intento de responder a las enormes expectativas que se han generado en torno al equipo esta temporada. Eso provoca, como sucedió ante el Roma (0-1), que no se rentabilice todo el esfuerzo físico desplegado. Las ganas de agradar conducen a un fútbol generoso, pero demasiado acelerado.

En cualquier caso, Valdano, en su mensaje, apuesta por la tranquilidad, pues está convencido de que la reacción del equipo será casi inmediata. De hecho, y aunque se estima que el verdadero punto de inflexión del Real Madrid llegará en la Copa Intercontinental (3 de diciembre), todos coinciden en que una victoria en Riazor zanjaría de golpe la tan traída crisis.

En este sentido, Jorge Valdano considera que, de momento, tres de los cinco cracks de la plantilla todavía no están en plenitud de facultades: Figo, Raúl y Ronaldo. Cuando ellos estén al 100% serán, sin duda, los que tiren del carro, si bien en el caso del brasileño habrá que tener más paciencia, ya que sus circunstancias (lesiones y tiempo de inactividad) le hacen diferente.

Por otro lado, el evidente bajón de Cambiasso, uno de los ejes del equipo al principio de la temporada, se justifica por el bajón general que ha sufrido el equipo y el argentino es un futbolista cuyo rendimiento depende del grupo.

La directiva está tranquila

Según ha podido saber AS, la directiva del Real Madrid todavía no está alarmada por la situación deportiva. Hay confianza plena en la capacidad de los jugadores y conciencia de que ya han demostrado de sobra lo que son capaces de hacer sobre el campo. Para los mandatarios, se trata sólo de una mala racha que dentro de poco estará olvidada.