Charly y Chucky

Los profesionales españoles de la ATP tienen una respuesta casi unánime cuando se les pregunta por la mejor derecha del circuito: "La del Charly", dicen masivamente. Cuando se les observa el asunto del revés "del Charly", guardan piadoso silencio: "Sí se sabe, no se contesta". En esa doble dimensión habitan los thrillers que tanto gustan a Carlos Moyá: Charly. No tiene la doble cara de Chucky, el infernal y travieso muñeco diabólico. Pero le falta tan poco... Moyá es capaz de sacar adelante partidos tan memorables como éste de Bercy ante Grosjean, o aquél de Nueva York con Chang, porque su derecha —la estática sobre todo— es un estallido, un látigo, una sentencia.

YMoyá es capaz de tirar partidos como el de Novak en Madrid... porque el revés es una maldición. Ayer, Charly llegó a pegar la derecha en el lado del revés, quitándola... desde la línea exterior del pasillo de dobles. Y es capaz de recorrerse la línea de fondo en pasitos laterales con el único objetivo de resguardar el revés. En condiciones normales (no lesionado o en estado de gracia), nunca puede dominar un partido totalmente... ni perderlo, como jurará Grosjean. Lo que tira con el "no revés", lo puede rescatar con la monumental derecha... y viceversa. Cuando se le gana, Moyá no pasa de ser un peluche. Para Grosjean, fue el muñeco diabólico: Chucky.