El Betis-Auxerre de ayer confirmó varias sospechas mías. Primera sospecha: que estos franceses, con Cissé o sin él, no son tan fieros como los pintaba Víctor Fernández. Lo dicen los números: son los novenos de la quinta Liga de Europa. Segunda sospecha: que Guy Roux, un técnico entre lo viejo y lo chocho y con cara de Carlos Timoteo Griguol, es el Luis Aragonés a la francesa: dejó a Cissé en el banquillo sólo para llevarle la contraria a la prensa hispana, que había llenado la víspera de portadas con la figura del imponente ariete internacional francés.

Tercera sospecha: que fuera de España hay árbitros tan malos como los de aquí. El alemán Fleischer, con su tez rojiza y su barriga cervecera, pita como si hubiera nacido en Trebujena y sus jueces de línea, también. Ayer no se atrevieron a señalar un penalti sobre Joaquín solamente porque ya le habían pitado uno a Denilson. Tipycal Spanish.

El alemán mantiene dos coincidencias completas con los colegiados de nuestro país. Una, que se equivoca, y dos, que se equivoca contra los españoles. Únicamente falta una sospecha por confirmar: creo que este uno a cero es más que suficiente para que el Betis pase a la cuarta ronda de una competición europea por primera vez en su historia. La respuesta, el próximo 11 de diciembre, en el Abbé Deschamps de Auxerre.