Javier Irureta dejó a Duscher fuera de la lista ante el Manchester para "no generar un estado de tensión, excitación o provocación que pueda afectar al equipo". Así justificó el técnico la ausencia del argentino en Old Trafford ocho meses después de su famosa entrada a Beckham.

A pesar de que le "hubiese gustado jugar", Duscher no se sorprendió al conocer la noticia e incluso confesó que "lo esperaba. Conociendo al míster y sabiendo la trascendencia de la jugada, es normal que no vaya para que el equipo esté tranquilo". El mediocentro considera positiva esta decisión tanto a nivel colectivo como personal: "Para ir, no jugar y pasar un mal momento, es mejor no viajar. Creo que es conveniente que me quede por lo que puede pasar fuera del campo. Se abriría la herida".

Han pasado ocho meses de toda aquella polémica, pero Duscher aún recuerda que "lo peor fue el acoso de la Prensa". Los diarios sensacionalistas le hicieron la vida imposible. Durante días hicieron guardia en su casa y uno de ellos llegó a investigar si en su familia existía algún antepasado nazi. Más allá de estos problemas, el argentino sigue reiterando que "lo que pasó es algo normal; puede ocurrir en cualquier campo. El problema es que coincidió que la entrada fue a un jugador importante".

A pesar de aquella polémica, Duscher no tiene ningún resentimiento hacia Beckham. El argentino llegó a admitir ayer que tenía pensado "pedirle la camiseta". Esa posibilidad no existe y lo único que pide es que sus compañeros "se traigan los tres puntos porque nos hacen falta".