La calma ha vuelto al Atlético después de cinco días de temporal que culminaron ayer con la firma de una paz entre Jesús Gil y Luis Aragonés. El entrenador continuará al frente del equipo hasta final de temporada y hoy dirigirá la sesión preparatoria en el Cerro del Espino para preparar el partido ante el Deportivo. La tregua del Centenario entró en vigor tras casi tres horas de reunión en el domicilio particular del presidente rojiblanco, en La Moraleja, en la que también estuvieron presentes Miguel Ángel Gil Marín, director general del Atlético, Clemente Villaverde, gerente, y Paulo Futre, director deportivo.

Luis Aragonés llegó casi sin dormir a una cita que el club trató de ocultar, pero que se celebró finalmente. El técnico apenas había pegado ojo en Jerez dando vueltas a una idea: marcharse. Aunque fuentes consultadas por AS aseguran que Luis en ningún momento puso su dimisión sobre la mesa. El malestar del entrenador era evidente, si bien la intermediación de Gil Marín calmó las revueltas aguas en una tensa y dura reunión, como calificaron los protagonistas de la misma.

Las pulsaciones del marcapasos de Gil han bajado notablemente tras el arreglo de ayer, pero el proyecto futuro que se construyó al principio de temporada con Luis al frente recibió un impacto en la línea de flotación de consecuencias imprevisibles a largo plazo. Paulo Futre, que hizo piña con Luis Aragonés, aguantará también en su puesto a pesar de las desavenencias con el presidente. Hoy, Luis ofrecerá sus impresiones y Futre, también.

El nuevo espíritu surgido del encuentro en Villa Ángeles es que el Atlético está por encima. "Lo importante es la entidad y pensar en el Deportivo". La frase es de Futre, pero la suscriben todos.

El entrenador despejó la sombra de Schuster

Uno de los aspectos que completó el mosqueo de Luis Aragonés con los Gil fueron los rumores que aseguraban que se habían establecido contactos entre el Atlético y Bernd Schuster para que el técnico alemán se hiciera con las riendas del equipo rojiblanco. Este hecho fue aclarado totalmente al técnico, a quien los Gil le mostraron su total confianza para sacar la situación adelante y también le expresaron su convencimiento de que debe dirigir al Atlético por mucho tiempo. Luis Aragonés tenía otras muchas quejas que fueron aclaradas por parte del presidente en lo concerniente al respeto hacia la plantilla. De esta manera, existe el compromiso de que Jesús Gil no volverá a efectuar comentarios que afecten a los jugadores del equipo rojiblanco.