No parece este el mismo Real Murcia que en enero encandilaba al resto de la nación con su juego y sus resultados, pero los protagonistas siguen siendo los mismos. Cambia eso sí, el rival, y es que da la impresión de que el juego grana comienza a ser bastante previsible. Sus oponentes saltan al terreno de juego con la lección bien aprendida o este equipo tiene ismaeldependencia. Quizás, como suele ocurrir en muchas ocasiones, tenga un poquito de todo. Lo que quedó claro frente al Oviedo y fue confirmado contra el Getafe es que si el Real Murcia no tiene bandas, es como si no tuviera juego porque las alternativas escasean cuando aprietan a los interiores. Dos derrotas consecutivas llevan los hombres de Vidal y la próxima jornada el que viene es el líder. La incógnita es saber si los grana están o no tocados por los últimos resultados.

Pero en dos partidos en los que no hay juego por las bandas se cosecha la derrota. Este Real Murcia se bloquea si no es capaz de correr pegado a la cal, como le gusta decir al míster. Si este conjunto, que ya demostró que sabe hacer las cosas muy bien, no puede entrar por las bandas, tiene tantas complicaciones que lo primero que se le viene a la mente al técnico gallego es cambiar a los protagonistas. Pero también quedó demostrado, y por dos veces, que no es cuestión de jugadores, pues los relevos tampoco funcionan, sino de conceptos, de movilidad y alternativas al bloqueo defensivo del rival por las bandas.