Summer: "No me gustan los cracks del Madrid"

Liga de Campeones | R. Madrid - Borussia D.

Summer: "No me gustan los cracks del Madrid"

Summer: "No me gustan los cracks del Madrid"

Matthias Sammer confía en que los jugadores del Borussia no tengan "un respeto reverencial al Real. Contra sus estrellas, nosotros oponemos bloque".

Matthias Sammer, el entrenador que hace funcionar el rodillo amarillo del Borussia Dortmund, no quiere que sus jugadores salgan al Bernabéu hipnotizados por el brillo de las estrellas madridistas. Por eso, ayer dijo que su equipo tendrá opciones de ganar si no cae "en un respeto reverencial al Madrid, como ocurrió en parte ante el Milán".

Por su cabeza rondaba la idea de que, seis años después, igual repite éxito. Como cuando en 1997 ganó la Champions a la Juve... de Zidane. "Confío en este equipo. Trabajamos duro y creemos en lo que hacemos". Esa intensidad se vio en la concentración de cinco días que llevó a cabo el Borussia en enero en el hotel Montecastillo (Jerez de la Frontera).

Sammer cambia de cara cuando habla de su grupo europeo: "El Milán es fortísimo. No nos esperábamos que nos ganase en el Westfallen. Hace unos meses estaba más fuerte pero el Madrid mejora día a día".

A pesar de ello, al alemán no le preocupan los galácticos: "No me gusta ninguno de sus cracks. Contra sus estrellas, nosotros oponemos bloque. No adelanto nada con decir que son buenísimos. Eso lo sabe todo el mundo. Yo me dedico a buscar soluciones como lo hace Del Bosque, que ha conseguido grandes cosas en los últimos años y ha tenido muchos reconocimientos. Es un excelente técnico".

Sammer, el defensa que fue Balón de Oro

Año 1996. Mientras el fútbol español asistía a las primeras exhibiciones de Ronaldo en el Barcelona y Shearer se hartaba de marcar goles en el Newcastle, el Balón de Oro, después de una controvertida decisión, tomaba rumbo a Dortmund. Las manos que recogieron el trofeo más prestigioso del fútbol mundial fueron las de Matthias Sammer, el líbero titular de una selección alemana que meses antes había conquistado, sin demasiado brillo, la Eurocopa. Ese fue el principal motivo para conceder el trofeo a Sammer, quien a juicio de mucha gente se proclamó vencedor con menos méritos que, por ejemplo, otro zaguero como Baresi. Sammer relegó a Ronaldo a la segunda plaza y a Shearer a la tercera y se convirtió así en el segundo defensa que conseguía el Balón de Oro tras los dos años del gran Franz Beckenbauer (1972 y 1976).