El fútbol como teatro

La probable visión de Julen Guerrero sobre un terreno de juego en Málaga más allá de los minutos del destierro es una gran noticia para el Athletic. El capitán rojiblanco ha encontrado agua en un pozo y queda por ver ahora si el maná ha llegado a tiempo para recuperar a un futbolista que no hace demasiado tiempo era santo y seña en el Athletic. Queda por ver si estos 45 minutos de resurrección contra el Recreativo han sido o no un espejismo —en caso de serlo, la autoestima de un futbolista que juega con la convicción de que debe ser el corazón del Athletic se iría por los suelos...— o si Heynckes decide darle espacio y un papel en el teatro rojiblanco a quien en su día fue el mejor intérprete de Shakespeare.

Puestos en cartelera, el Athletic acude estos días a la Tragicomedia de los comités sancionadores, una obra de medianías. Lo que quiere decirse es que tras la representación del caso Gurpegui, el maestro de representaciones nos entretiene ahora con una pieza de desmesuras, la sanción de cuatro partidos a Del Horno, luego reducida a dos. Desde el patio de butacas, Heynckes ha alzado la voz para señalar que este libreto es malo y, sobre todo, que en otros teatros de la Liga, el precio por él pagado ha sido menor. Vino después la rectificación, pero las dos varas de medir, también hijas de la farsa, vuelven a escena.