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PrimeraDelanteros por obligación delanteros por obligación

Raúl tiene el molde del nueve y medio

El madridista empezó en el área y ahora juega más lejos de ella

L. j. m.
Actualizado a
<b>LA CALIDAD DE DIEGO</B>. Tristán puede ser un nueve y medio.

La evolución de Raúl ha ido en paralelo con la del crecimiento de sus cualidades como futbolista: ha multiplicado sus prestaciones a medida que se ha ido alejando del área. Hay una tremenda diferencia entre lo que podía hacer antes y lo que es capaz de hacer ahora. Entre sus zonas de influencia iniciales y las actuales. Ahora es un jugador de tres líneas.

Los vídeos del primer Raúl muestran a un delantero móvil, pero muy cercano a la portería contraria. Por entonces, se le identificaba más como un goleador que como un futbolista capaz de proporcionar un último pase. La carrera emprendida consigo mismo por dominar todos los aspectos del juego ofensivo le ha convertido en el molde ideal del nueve y medio: hace goles, muchos fabricados por él mismo, y también los da. En este sentido, está en la misma línea trazada por Di Stéfano o Pelé. Raúl no quiso quedarse en un goleador excepcional y se comprometió con la elaboración. Ocho años después de su debut en Primera, al actual Raúl se le aprecia como un futbolista más completo y polifuncional que el de sus inicios.

Buscaba un mayor contacto con la pelota y lo ha conseguido. Ahora, lo normal es verle apoyar el inicio de una jugada en el centro del campo o asistir a Ronaldo con un pase al hueco. Todo ello sin bajar sus prestaciones como goleador. Puede estar dónde se gesta la jugada o dónde se finaliza. Ha alcanzado tal conocimiento del juego que él mismo decide cuándo se asoma al área o cuándo se aleja. Esa lectura tan sibilina de dónde pueden estar la solución de los partidos es la que le diferencia de Tristán, Luque o Fernando Torres, otros posibles nueves y medio.