Alcalá: Buenos días, don Juan, viene usted al frente de la delegación de la Selección española a Kiev, ¿no?
Padrón: Sí, vamos a ver si España gana.
A: ¿Tiene algo que decir de todas las últimas acusaciones que se han hecho de nuevos viajes y dietas sobre usted?
P: Le agradezco su amabilidad, es muy amable. Le agradezco su interés.
A: ¿No le parece ya que ya va siendo hora de dar alguna explicación?
P: Perdón, perdón , perdón, perdón. Yo he dado explicaciones en una rueda de prensa. Le agradezco su interés y su amabilidad.
A: Su mujer no viene a este viaje, ¿no?
P: ¿Y la suya?
A: Pues no, la verdad es que no.
P: ¿Su madre?
A: Tampoco ha venido a ninguno anterior y la suya sí.
P: ¿Su madre ha ido?
A: No, digo que la suya sí que ha ido. La señora Enriqueta sí que ha ido por allí.
P: Ésa es mi mujer, oiga.
A: Ya, por eso digo, que a este viaje no viene, ¿no?
En ese momento les separa Rogelio Núñez, asesor de Villar.
A: ¿Cuánto le ha costado el taxi a Barajas? No tiene nada más que decir, ¿no? Este sigue siendo un micrófono en la boca del señor Padrón, que parece que no tiene muchas cosas que decir.