Lo de Tamudo es una cornada

La ecografía confirmó lo peor: Raúl Tamudo sufre un desgarro de 2,5 centímetros en su bíceps femoral de la pierna derecha. Para un futbolista, casi una cornada. Y en el peor sitio posible, máxime para un jugador explosivo como él. El pronóstico sobre su vuelta al equipo varió para mal, tras la prueba. Ahora hablan de seis semanas de rehabilitación. Y quedan ocho jornadas de Liga. El doctor Juan Carlos González advirtió que no le forzarán porque una recaída sería peligrosísima.

Tamudo está hecho polvo. Y el doctor. Y Clemente. Y el españolismo entero. El técnico vasco echaría mano de cualquier cosa con tal de lograr una curación milagrosa de Tamudo. Ayer pidió un milagro al médico, pero sabe que en este tipo de lesiones, los milagros sólo se producen en Lourdes. O quizá ni allí.

Los médicos se darían con un canto en los dientes si Raúl volviera ante el Villarreal, en Montjuïc, en la penúltima jornada de Liga. Está claro que si para entonces el Espanyol está fuera de peligro, Tamudo no reaparecerá. "Se trata de una lesión importante, más grave de lo que esperábamos, en una zona de mal pronóstico", abundó González.

Tamudo se refugia en su casa del Maresme. Le rodean los suyos, los que nunca le fallan. Su teléfono echa humo. Le llaman los de aquí y los de por ahí: Paco Flores, Quique De Lucas... Los que le quieren saben lo mal que está un Tamudo parado.

Y es que no hay momento bueno para lesionarse así, pero el de ahora es especialmente amargo. Por la delicada situación del equipo y porque Iñaki Sáez, seleccionador español, cavilaba convocar a Tamudo para el amistoso España-Ecuador de la semana que viene. Sáez siempre confió en Raúl (alcanzaron juntos la plata olímpica en Sydney, por ejemplo), y la lesión de Fernando Torres, el delantero del Atlético de Madrid, abría de nuevo las puertas al equipo nacional al 23 españolista. Mala época para los Raúles, sí señor.

Clemente estudia ya cómo recomponer el ataque. En la página siguiente les contamos las posibilidades en materia de alineación con vistas a Vallecas. De entrada hay que descartar a Jonathan, que es lo más parecido a Tamudo que tiene el Espanyol, salvando las distancias. El vasco se la jugará con lo que tiene y eso le supondrá cambiar la filosofía de ataque.

Otro ataque. Tamudo es un punta móvil; Milosevic es el nueve clásico, más estático. La decisión que tome Clemente para Vallecas la mantendrá si le funciona: no hay tiempo para más probaturas. Maxi puede jugar en la media punta, tras el yugoslavo y pelear ese puesto a Oscar. Roger es fijo en la banda izquierda y Domoraud, en el centro. ¿Con Morales o en un equipo con tres centrales (Torricelli, Lopo y Soldevilla) más Marc y David en las bandas? Para fuera, casi seguro. En casa le sobrará un zaguero.

El Espanyol podría salvarse incluso perdiendo en Vallecas, pero la sensatez obliga a escribir que una victoria le pondría con pie y medio en la permanencia. Una cosa es cierta: que faltará Tamudo y se tratará de conseguir que no falte también su espíritu.