Nueve por obligación

Si a uno le hablan de un tal Fernando Miguel Fernández Escribano para nada ha de sonarles a futbolista. Fernando, el "9" del Betis, el fichaje de última hora que llego casi de puntillas, sin demasiado hacer ruido ni hacer sombra al retorno del hijo pródigo Alfonso Pérez o al lanzamisiles de la Roma Marcos de Assunçao, llegaba a Sevilla el pasado verano con la vitola de buen jugador, el típico producto de la cantera madridista que tuvo que emigrar a Pucela en busca de una gloria que se le negaba en un Chamartín sólo dispuesto, a priori, a recibir galácticos en el vestuario.

Poco a poco, sin hacer el más mínimo ruido, el malagueño dejó el banquillo y fue apoderándose de una camiseta titular. Hombre comodín, centrocampista, delantero, interior, sus goles le iban reivindicando cada vez más, hasta el punto de convertirlo a día de hoy en el máximo goleador nacional.

En su primer año como verdiblanco, ha demostrado con creces que es un pelotero de los caros. El gol se cotiza muchísimo en esta Liga de los Ases y cuando a eso se le une también la entrega y el talento al servicio del juego colectivo, pues mejor que mejor. Sin acabar la temporada, ya se habla de la posibilidad que se guardó el Madrid para repescarlo. Dudo mucho que al presidente Lopera le birlen esta nueva perla. ¿Para cuado la Selección, señor Sáez?