Alberto García reconoció ayer en un comunicado público que él es el atleta español que dio positivo por EPO tras los Campeonatos Mundiales de Cross disputados a finales de marzo en Lausana. Sin embargo, el madrileño se declara inocente, manifiesta "sorpresa y perplejidad" por el resultado del análisis, anuncia que va a luchar con todas sus fuerzas para demostrar que no es culpable y pide que la gente que ha vibrado con sus éxitos siga teniendo fe en él.

La noticia del positivo la filtró la propia Federación Internacional (IAAF), sin esperar a que se hiciese el contraanálisis. Alberto García se expone a una sanción de dos años, la máxima posible, a contar desde el 29 de marzo de 2003. Ese castigo acabaría prácticamente con su vida deportiva, ya que el vallecano tiene ya 32 años. Alberto ha tenido una progresión tardía y anómala, porque hasta 1998, cuando contaba 27 años, no se convirtió en atleta de élite internacional. Su primer gran éxito no lo consiguió hasta 2001, cuando fue cuarto en los Mundiales al aire libre de Edmonton.

La Federación Española ha declarado que no comentará el caso hasta que acabe el procedimiento. Ahora deberá pasar el asunto a su Comité de Competición, que será el que determine si hay sanción contra el deportista. Si no la hubiera, intervendría la IAAF.