El español Óscar Feire demostró ayer que aún no anda fino. El que se quedara Petacchi en la última cota le dejaba la victoria en bandeja, pero él mismo reconoció en la meta que las piernas no le fueron. Cuando llevas tiempo sin correr, y más cuando eres un sprinter, se nota la falta de forma. Y más cuando los corredores van cumpliendo años. Lo que sucede es que Freire nos tiene mal a acostumbrados y hasta ahora podía pasarse semanas sin disputar carreras, porque cuando volvía nos brindaba una victoria. Pero, lo dicho, con el paso del tiempo esto es cada vez más difícil. Esperemos que en los próximos días le dé tiempo a afinarse y la fortuna le acabe acompañando.

Ayer se comentaba en el pelotón que a Armstrong se le ve más simpático que nunca y que eso es porque no anda tan bien como otros años. Yo creo que todavía es pronto para hacer valoraciones. Lo podremos comprobar en serio este fin de semana en la primera etapa de montaña. Porque en estos primeros días se trata de pasar el expediente. A lo que sí me aventuro a afirmar es que este año va a tener más rivalidad. Corredores como Mayo, Mancebo y Sastre, entre otros, intentarán atacarle. Seguro. Aunque yo lanzo un consejo: que no se fíen del americano porque es lo bastante listo como para jugar al despiste con sus rivales. Ya se verá.