Freire: ¡Danos una alegría!

El desenlace de la etapa de ayer, con llegada en Burdeos, no se correspondió con lo que nos tiene habituados: un sprint. A estas alturas las fuerzas están tan justas que ningún equipo se atreve a controlar la etapa, salvo equipos con intereses directos como Euskaltel, que está trabajando para conservar su segundo puesto en la general por equipos. Con la carrera totalmente desbocada, aquellos que no tienen que trabajar para ningún jefe de filas se lanzan a la aventura. Y eso fue lo que hizo el valiente de Chente García Acosta, de ibanesto. Lo intentó, tal y como nos tiene acostumbrados, pero le falló la fortuna a la hora de atacar. Ya el único aliciente que nos queda en este Tour es que Freire logre alguna victoria en las etapas llanas que quedan: la de hoy y la del domingo en París.

Estaría bonito que Freire ganara en los Campos Elíseos. Sería la recompensa a un Tour en el que la suerte no se ha aliado con el cántabro. Hablando de fugas, no me gustaría dejar de rendir mi más sincero homenaje al Kelme, que hoy ha tenido a Parra, uno de sus hombres, por delante. Aún sin sus mejores corredores —la ausencia sobre todo de Óscar Sevilla— y la mala suerte que ha tenido el conjunto de Belda con las caídas, el Kelme ha estado en varias escapadas, ha luchado y eso tiene un mérito terrible.