El Sporting fue derrotado ayer por el Caudal de Mieres, en un partido en el que empezó arrollando al equipo local, para acabar ridiculizado, con una lamentable actuación. Marcelino García utilizó el partido a modo de prueba, con dos alineaciones diferentes, que también marcaron el rendimiento del equipo, ante un rival de categoría inferior, pero que, sobre el terreno de juego, resultó ser superior en todos los aspectos, salvo en los compases iniciales.

Inicialmente, el Sporting llevó el peso del partido y encerró al conjunto caudalista en su parcela, con rapidez y facilidad para llegar a la portería local. Las internadas de Pablo fueron determinantes para adelantar a los rojiblancos en el marcador. La diferencia pudo hacerse mayor por ocasiones, pero Lago y Gerardo carecieron de puntería en los remates más claros. Al filo del descanso, el partido sufrió un cambio drástico, ya que el Caudal logró el empate, en sólo dos minutos, en un extraño penalti señalado a Hoogervorst, y en un buen remate de Manolo.

Tras el descanso, los caudalistas se mostraron más ágiles en su fútbol ofensivo, mientras que los rojiblancos dieron muestras de cansancio y desconcierto. Santos aprovechó un error de marcaje, y Vila sorprendió a Valencia con un lejano disparo.

Los rojiblancos intentaron acortar distancias, pero con demasiadas imprecisiones y sin capacidad para desbordar a la contundente zaga mierense.