Un problema. Y cada vez más grande. Así se podría definir la situación de Juan Román Riquelme en el Barcelona. Hace unas semanas se supo que el argentino era el jugador descartado por el club, debido a que el cupo de extranjeros estaba cubierto. En un primer momento se habló de una posible cesión a un equipo europeo (llegaron a hablar con Atlético y Murcia), aunque el jugador nunca ha valorado esta posibilidad. Es más, tal y como anunció AS la semana pasada, el entorno del jugador aconsejó al medio que no aceptara una oferta para jugar en otro sitio que no fuera en La Bombonera.

Y las cosas siguen igual. Bueno, no del todo. Ayer, por primera vez, Txiki Begiristain reconoció conversaciones con Boca Juniors. Pese a que el deseo del club es convencer que Riquelme se quede jugando en Europa, el secretario técnico culé explicó que "hace semanas que comenzamos conversaciones con Boca, aunque el reto sería que el jugador triunfara aquí, puesto que en su país ya lo ha ganado todo. De ser posible, las tres partes (Barça, Boca y Riquelme) deberemos hacer un esfuerzo".

Incertidumbre. Pero Boca y el jugador se han encontrado con un serio problema. La AFA denegó, en principio, otorgar al equipo bonaerense la posibilidad de ampliar en una semana el plazo para inscribir jugadores, dado que el último día era ayer. Pese a todo, desde Argentina se asegura que el equipo xeneize podría dialogar con los máximos mandatarios de la AFA para que le permitieran incorporar al jugador. Se aproxima un culebrón.

De ser el mediático de Gaspart, a no contar para Joan Laporta

En un año la vida le ha cambiado mucho a Riquelme. Sigue siendo muy querido por la afición del Barça, aunque no para la secretaría técnica. Joan Gaspart lo fichó de cara a la galería, aunque Van Gaal no lo quería. Ahora, un año después, las tornas pueden haber cambiado, ya que la directiva parece no contar con él, aunque a Rijkaard sí que le gusta.