Ganar o casi nada

Europeo de Suecia | España-Israel

Ganar o casi nada

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La España de Gasol se juega su futuro en el Eurobasket y su billete para los Juegos de Atenas ante una selección de Israel en busca de revancha

No lo digo yo: lo dicen Homicius, los ojeadores de la NBA, europeos y americanos. Lo dice el seleccionador ruso, Elevitch. Y el israelí, Katzurin, por la cuenta que le trae: en Europa no hay un jugador como este Pau Gasol. Hasta el maestro Larry Bird (maestro de Jordan, por ejemplo) hablaba ayer del "presidente Gasol". Pero eso es hasta hoy mismo, 11 de septiembre, El Aniversario.

Porque hoy mismo se verá la auténtica verdad de esta Selección. Hoy mismo, mientras los americanos recuerdan a sus difuntos, a uno le da el pálpito de que la Selección juega uno de los partidos más decisivos en su historia. ¿Por qué?

Hoy mismo, aquellos juniors de oro y de Lisboa, comandados por el fenomenal Pau Gasol con la ayuda del pequeño timonel Navarro tienen que ganar. Y tienen que ganar a un equipo tan áspero, tan incómodo como Israel: el poder de la presión y de la zona.

Tan coñazo es Israel en la pista, con perdón, como cuando Arantxa Sánchez Vicario se ponía la moña en la raqueta y la navaja en la liga ante los cañonazos de Graf o Seles. Y a veces, la pequeñita Arantxa ganaba a las gigantas. O sea que...

O sea que el gran Pau Gasol lo tiene más claro que nadie, y lo ha repetido a todo Dios. Harto de perder en Memphis, allá dónde nadie quiere ir a jugar, Gasol quiere ganar en Europa. Y repite: "Nada de lo que hemos hecho servirá de mucho si no superamos este cruce de cuartos de final". A Gasol, por ejemplo, no le interesó ganar a Estados Unidos en Indianápolis: no le servía tras haber perdido con Alemania el cruce por las medallas.

Y Gasol, perseguido constantemente por una decena de radios y cinco cadenas de televisión, sitiado por periodistas de dos continentes (asiáticos no hay aquí), mira a la cúpula del globo, del Globe Arena de Estocolmo.

Y en sus labios lees una pequeña oración: "Madre Marisa, que no me pase como en Memphis. Hay que hacer algo de una p... vez, hay que ganar esto como sea. Anda, Navarro, dame la llave, haz lo que no pueda hacer yo". El príncipe Pau quiere el Premio Nobel del baloncesto europeo.

Esa zona. Ante Rusia, Gasol estaba en su zona, una zona inaccesible para el resto de los mortales. Hoy tendrá que lidiar con las marcas que le pueden dejar las zonas arteras de los israelíes, mucho más tramposas que el físico de Rusia o la chulería irredenta de los yugoslavos.

Técnicamente, se habla de una zona 1-2-1-1 que ajusta en 2-3. A ver: Israel aguarda con el cuchillo entre los dientes y con la navaja entre las sonrisas tensas del entrenador, Katzurin, y de los ladinos jugadores del Maccabi Tel Aviv y el Hapoel Jerusalén. Claman venganza por la derrota de Ankara 2001. Digamos que el ladino es la variante judía del castellano. ¿De acuerdo...?

Así que aquí, 11 de septiembre en Estocolmo, toda la presión es para España. La España de Gasol, que puede explotar sobre Israel como un castigo venido del cielo y de Yahvé. Pero si el nitrógeno líquido de Gasol fulmina a Arantxa Israel, su presión, sus sonrisitas y sus trampas zonales, España va a ser campeona de Europa. Se lo digo yo.