El palco fue la prolongación de la boda

El palco fue la prolongación de la boda

Conseguir una invitación para el palco del Bernabéu es algo casi imposible. Ayer, los invitados principales fueron José María Aznar y su esposa Ana Botella. El presidente del Gobierno fue quien le entregó la Copa de la Liga a Raúl, dejando en ultimísimo plano a Ángel María Villar que casi ni se le vio (¡ya era hora! Ganaron el campeonato en junio). Aznar contó en los prolegómenos que la culpa de que estuviera en el partido la tuvo Figo, Raúl y Di Stéfano que le metieron presión en la boda de Cuchi, la hija de Florentino. El presidente volvió a declarar su madridismo. Se sentó junto a Florentino, pero detrás, cerquita de él tenía a Di Stéfano que, de vez en cuando, le hacía los apuntes oportunos del partido. La boda y la resaca de la fiesta fue uno de los temas de conversación, claro todo antes de la goleada. Pilar del Castillo, ministra de Cultura, escuchaba lo bien organizado que estuvo todo. Pitina disfrutó de lo lindo con las bromas de La Saeta. El que llegó tarde, y no a la boda, fue Sergio García. El golfista sí que es madridista enfermizo. Se sentó en el palco con discrección aunque no pudo evitar saltar con los goles del Madrid, sobre todo con el que marcó Zidane. Todo salió bien, como le gusta a Florentino. Con el Rey en el palco el Madrid siempre gana, con Aznar parece que también. Otro invitado fue Inocencio Arias, embajador de España en la ONU. Otro blanco entre los blancos. Ha llegado hace unos días de Nueva York y para él, ir al Bernabéu es tan importante como para otros ir a misa todos los domingos. A quien se echó de menos fue a Jorge Valdano. Siempre se sienta en la última fila, con Butragueño a su lado, pero está de vacaciones. Ayer se perdió siete, pero en la Champions no faltará.—Carmen Colino/Madrid