Revive la Vuelta

Ciclismo | Vuelta 2003

Revive la Vuelta

Revive la Vuelta

Isidro Nozal desfalleció en Navacerrada y Roberto Heras le recortó 1:14 en la general. El corredor del US Postal ya es segundo, a 1:55 del liderato.

En días como el de ayer te quedas un poco aturdido, sin saber por dónde empezar, confieso que escribir es más fácil cuando no sucede nada y cualquier tema es posible, el sombrero cordobés y los Cerros de Úbeda, y por supuesto la morena del podio, el psicoanálisis diario, yo estoy mucho mejor, sólo espero que ustedes no hayan empeorado.

Ocurrieron tantas cosas que resulta casi imposible ordenarlas, tampoco lo intentaremos. Heras fue el héroe porque quienes lo son nunca se rinden. Ese ha sido su gran mérito: cumplir con los deberes del aspirante, uno a uno, aún sabiendo que era casi imposible vencer. Casi. Porque ahora mismo tiene una opción de ganar la Vuelta. Es como si, a falta de momentos geniales, se le hubiera premiado la constancia.

Así pasó en Navacerrada. Se le esperaba y apareció, y lo que casi nunca sirve para nada sirvió para descubrir a un líder exhausto, más de lo esperado, porque Nozal tiene fuerzas sólo para una cuesta más, hoy sabremos si tan dura como Abantos.

En cuanto se descubrió la debilidad extrema del maillot oro, la Vuelta explotó. Por primera vez se desató la emoción: Heras por delante y el líder descolgado, roto y sin compañeros. Fue en ese momento cuando Manolo Saiz perdió los nervios y persiguió a una moto de TVE hasta echarla a la cuneta, acusándola, entre insultos, de haber favorecido a Heras por haberse aproximado demasiado al corredor de US Postal en el momento de su demarraje.

Saiz, patético. Esa reacción, macarra y patética, ocultaba en realidad miedo a perder la Vuelta, a no tener razón, a no tenerla una vez más. Es injusto que los ciclistas de la ONCE se vean perjudicados (y se ven) por la imagen de un director falsamente paternal, inestable, amigo de los niños unos días y oscuro y amenazante otros, generalmente cuando las cosas van mal. A última hora de la tarde el Jurado de Comisarios de la Vuelta a España decidió expulsarle de la carrera.

A pesar de su director, Nozal consiguió salvar los muebles y la ventaja de Heras en el alto (1:20) fue prácticamente la misma que en la meta (1:14), gracias al trabajo de la ONCE en el descenso.

Ganó Simeoni, ciclista italiano que hace dos años también venció en Cuenca. Entonces llegó escapado y, para hacer la gracia, cruzó la meta con la bicicleta en brazos, gesto que nos irritó sobremanera, hay que admitirlo. Ayer ganó al sprint a Möller y su escapada impidió el triunfo de Perdi, que fue tercero, por lo que es difícil que terminemos siendo amigos.

Y hoy tendremos el desenlace de esta historia que nos ocupa desde hace tres semanas. La de mañana sólo traerá flores y aplausos para el vencedor que saldrá de esos 11,2 km de cronoescalada a Abantos. El desenlace propone dos resoluciones. El triunfo del gran favorito que logró remontar cuando nadie creía en él, o el del gregario que nunca se creyó líder. Nozal tiene 1:55 de renta y otra gran ventaja: Manolo Saiz no podrá ir detrás de él para darle la barrila. Todo un descanso para la mente.