Ignacio Ugartetxe ha empezado a barajar la posibilidad de que la asamblea de mañana sábado no salga adelante, que los socios compromisarios rechacen las distintas propuestas de la junta. Ante dicho riesgo, el presidente rojiblanco no está dispuesto a arrojar la toalla, descarta de plano presentar la dimisión y convocaría una nueva asamblea a fin de intentar conseguir la aceptación de las cuentas del club. Éste es el mensaje que el dirigente ha trasladado al resto de los miembros de su directiva.

El clima de creciente insatisfacción que está marcando los prolegómenos de la asamblea, reflejado en las múltiples críticas dirigidas a la directiva desde diversos medios de comunicación, augura cuando menos un desarrollo conflictivo de la reunión que tendrá lugar en el Palacio de Euskalduna. A tenor de los acontecimientos, pudiera suceder que las dudas que plantea la legitimidad de Ugartetxe como presidente actúen como detonante y ello se traduzca en las distintas votaciones previstas en la asamblea. Conviene recordar que en el orden del día no se hace mención a este tema tan controvertido, lo cual podría tener una influencia apreciable en el signo de los votos que sobre otras cuestiones emitan los socios.