¿Timo o inversor?

Dimitri Piterman es un personaje peculiar. Apareció en el fútbol con polémica y una conducta extravagante, al menos para lo que está tipificado como un dirigente al uso. En las últimas semanas recibió la sugerencia de comprar el Sporting por el grupo principal que quiere deshacerse de una hacienda que no cuida y que está en proceso de descomposición, ante la pasividad de todos los organismos.

El ucraniano ya se reunió con José Fernández, cabeza más visible del accionariado, y recibió información de su delfín García Amado. Ahora, le toca pensar qué hará con el Sporting. Oficialmente, la decisión será tomada la próxima semana, después de que se analice la situación financiera del club.

La duda que queda es si Piterman es un inversor interesado en el Sporting, si su presencia es para ganar la popularidad o si es utilizado como gancho para lograr otras inversiones, que saneen la deteriorada economía rojiblanca. Lo que resulta extraño es que el ucraniano no haga un esfuerzo por comprar el Racing y se interese por un club en bancarrota de Segunda. Si José Fernández y la alcaldesa dieran el paso necesario para salvar el club, lo que pueden y deben hacer, no haría falta importar especuladores foráneos.