La Vuelta sin norte

Ciclismo | Vuelta a España 2004

La Vuelta sin norte

La Vuelta sin norte

Por primera vez no pasará por la Cornisa Cantábrica, Pirineos o Cataluña

La Vuelta a España ha perdido el norte. Como suena. Y no porque su director general, Enrique Franco, anunciara ayer emocionado que abandona el timón; sino porque por primera vez en su historia, desde su nacimiento en 1935, la ronda no tocará la Cornisa Cantábrica, los Pirineos o Cataluña. El punto más septentrional será en la salida de León.

Sobra con esgrimir este argumento para llegar a la conclusión de que la Vuelta 2004, que ayer se presentó en Madrid, será diferente, extraña, incluso experimental. No habrá Pirineos. Bueno, tampoco los hubo en 2002 y entonces el podio lo formaron Aitor González, Roberto Heras y Joseba Beloki. Pero entonces su incomparecencia se suplió con los dos colosos asturianos, los Lagos y el Angliru, que esta vez también han sido liquidados.

Pese a la ausencia del norte, e incluso permitiéndose el lujo de dejar fuera La Pandera, la Vuelta 2004 ha conseguido reunir mucha montaña. "Es demasiada hasta para los escaladores", apuntó con ironía Aitor González. En total habrá siete metas en alto, aunque la primera de ellas no alcance la categoría de gran montaña por terminar en Morella, un puerto considerado de 3ª categoría, aunque en 2000 se impuso Heras.

Las otras seis metas en alto serán en los alicantinos Aitana y Xorret del Catí, en el inédito almeriense Calar Alto, en la terrible cronoescalada a la granadina Sierra Nevada, en la salmantina La Covatilla y en el madrileño Puerto de Navacerrada. Estas etapas se aderezarán con otros dos exigentes contactos con la montaña en Granada, tras subirse Monachil, y en Ávila, con la Peña Negra y Serranillos como jueces. Las trampas están distribuidas por todo el recorrido. Por eso, nadie se atrevió a bautizar a una etapa como la reina. "Pueden ser muchas", dijo Franco. "La reina es la Vuelta entera", ratificó Isidro Nozal.

Cronoescalada. A pesar de esa equilibrada dureza, dos etapas llamaron la atención por encima del resto. Por su desconocimiento, la de Calar Alto, una larga subida con rampas superiores al 10%, que se aliñará con dos puertos: Velefique y un primer paso por Calar Alto. Pero el mayor temor, sin duda, lo impuso la cronoescalada a Sierra Nevada, sobre todo por su distancia de 29 kilómetros y por su variante inédita por El Purche, donde se subirán 6,5 kilómetros al 8,7 %. "Ahí se decidirá la Vuelta", sentenció Vicente Belda.

Los escaladores se frotaron las manos: Heras ("me favorece"), Iban Mayo ("es para la gente que vamos bien para arriba"), Óscar Sevilla ("todo está de nuestro lado")... Hasta Jon Zengotitabengoa, el director del Baqué, se envalentonó: "Es perfecta para Félix Cárdenas".

La euforia no sólo la produjeron la proliferación de montaña y la cronoescalada, sino también la reducción de kilómetros de las contrarreloj llanas, que serán dos: en Almussafes, el octavo día, y en Madrid, como cierre de la Vuelta a España, sobre el mismo recorrido que la crono del Mundial de 2005.

Chava Jiménez, que fue recordado durante todo el acto de presentación, se hubiera puesto las botas. Sus colegas están dispuestos a rendir homenaje a su palabra favorita: espectáculo.