Poli se llevó el balón y Malta no pudo entrenar

Poli se llevó el balón y Malta no pudo entrenar

La luz falló, o la averiaron, en la sesión de los malteses

Mil historias se cuentan de aquel histórico España-Malta. Rincón, uno de los héroes del choque, agarró el balón y lo escondió bajo la sudada camiseta. "Parecía una embarazada", comentó un viejo compañero. Pasado el tiempo, el balón pasó a manos de un bético ubicado en Los Palacios.

Aquel choque estuvo plagado de anécdotas. Había que ganar a Malta de paliza. Y no es que Malta fuera la selección inglesa, pero en estos tiempos (y en aquellos) era difícil golear hasta a los juveniles. Eso lo sabía muy bien Miguel Muñoz. Encima llovió a mares toda la semana. La vísperas, M-M fue a inspeccionar el campo junto con Luis del Sol y Pedro Buenaventura (delegado del Betis). Y Muñoz, con la moral por los bordillos de la acera, les comentó con la retranca tan suya: "Encima, Víctor Muñoz nos anda tocado". El campo era una piscina la mañana del partido. Y Malta venía a defenderse. Miel sobre hojuelas. Los malteses pidieron entrenarse una hora antes, para acostumbrarse a la cancha y a la luz. Pero la luz falló. O la averiaron. Salieron los jugadores de la isla y a los cinco minutos se apagó un foco, luego otro. A los cinco minutos el campo se quedó a oscuras. "Estos tipos no estropean el campo", dijo un empleado bético. Los malteses tuvieron que estirar en las duchas.